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Las bibliotecas constituyen la esencia de las sociedades saludables. Al reunir a las personas -estudiantes, investigadores, creadores, ciudadanos- las bibliotecas respaldan el aprendizaje, el intercambio y la creación de nuevas ideas.

También respaldan los derechos humanos fundamentales, tal como se expresa tanto en las constituciones nacionales como en las convenciones internacionales, y más importante aún en la Declaración Universal de Derechos Humanos: la libertad de expresión y el acceso a la información, así como el derecho a participar en la vida cultural de un país y a disfrutar los beneficios del progreso científico.

Las bibliotecas han sido un gran apoyo para el flujo de ideas e información entre las fronteras.  La IFLA ha realizado un llamado para reformar las leyes que atentan contra este flujo. Las pruebas demuestran que el flujo de ideas e información promueve la innovación y la creatividad, que a su vez impulsan el crecimiento, el trabajo y la equidad en todas partes.

Sin embargo, medidas arbitrarias e injustificadas que obstaculizan el desplazamiento de las personas ponen en peligro lo antes mencionado. Esas políticas son contrarias a las obligaciones de los estados derivadas de las leyes internacionales, que prohíben cualquier tipo de discriminación en función de la raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otro tipo, nacionalidad o clase social, posesiones, lugar de nacimiento u otra condición, tal como lo expresa la Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes.

La Convención Internacional sobre la Protección de Trabajadores Migrantes y sus Familias también establece el derecho a ausentarse en forma temporaria del país de residencia, un derecho que puede verse afectado por los controles para reingresar. 

La IFLA condena estas políticas, en cualquier país del mundo. Un ejemplo de este tipo de política es la reciente Orden Ejecutiva firmada por el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, que suspende en forma temporaria el ingreso a Estados Unidos de personas provenientes de siete países.

Esta política afectará a estudiantes, trabajadores y académicos, familias y niños. Todos usamos a las bibliotecas para generar nuevas ideas y perspectivas que beneficiarán la vida social, económica y cultural. 

Esta política también afectará a los refugiados que huyan de la extrema pobreza, la persecución y el conflicto. Las puertas de las bibliotecas están abiertas para ayudarlos a encontrar el respaldo y aliento necesarios para aprender el idioma y desarrollar las habilidades que los refugiados requerirán para encontrar su lugar. Si nos centramos en la integración exitosa de las personas y no en el rechazo a las mismas, produciremos los académicos, artistas, trabajadores y ciudadanos comprometidos del futuro.

La historia ha demostrado que la hospitalidad y el intercambio hacen a la grandeza de un país.  Convocamos a los gobiernos a proteger estos principios en pos de un futuro mejor.

Traducción: Dirección de Traducciones de la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina