Internet Shutdown button

Internet ofrece posibilidades para encontrar, compartir y crear conocimiento que eran inimaginables hace una generación y que permiten que la implementación del derecho humano de acceso a la información sea más eficaz que nunca, así como el que estén conectadas las familias, amigos, colegas y colaboradores en una investigación.

Cuando hay leyes sobre los derechos y condiciones sociales y la gente tiene las herramientas y la confianza necesaria, el acceso a Internet es un impulsor del desarrollo a todos los niveles.

Por lo tanto, el hecho de que casi la mitad de la población mundial no esté conectada es una preocupación importante. Como se expone en los Principios sobre el Acceso Público, las bibliotecas pueden realizar una importante contribución consiguiendo que la gente esté en línea, tanto a través de las terminales de ordenador en las bibliotecas como actuando de nodos de redes comunitarias.

Sin embargo, incluso donde existen conexiones, el corte en el uso de Internet por parte de  los gobiernos y de otros muestra lo vulnerable que puede ser el acceso. Los ‘cortes’ se refieren a la desconexión deliberada de un grupo de personas de Internet, con excusas que van desde la seguridad nacional a evitar que se engañe en los exámenes escolares.

Estos cortes son cada vez más frecuentes, como ha indicado una investigación de organismos como, por ejemplo, AccessNow, y conllevan importantes costes económicos. Y lo que quizás sea más importante, también imponen limitaciones sobre los derechos humanos y la posibilidad de las personas de mejorar sus vidas. Impiden el acceso de los agricultores al pronóstico del tiempo y a la información de los mercados, a los padres el poder averiguar cómo tratar mejor las dolencias de sus hijos, a las escuelas y universidades que puedan ayudar a sus estudiantes a aprender y realizar investigaciones y a las comunidades rurales a escapar del aislamiento.

Aunque puede que haya circunstancias excepcionales donde los cortes estén justificados, normalmente son desproporcionadas y hacen más daño que bien. Allí donde se tiene miedo sobre cómo la gente utilizará Internet, la educación debe ser la primera respuesta. Las bibliotecas son expertas en ayudar a la gente a ser ciudadanos digitales cualificados, seguros y responsables. Simplemente, bloquear Internet frena el desarrollo actual y futuro.

En una declaración que se publica hoy, la IFLA pide a los gobiernos que se abstengan de utilizar los cortes. En línea con sus compromisos con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, deben invertir en conexiones a Internet fiables y resistentes para sus comunidades y que las instituciones ayuden a los ciudadanos a aprovechar al máximo el acceso.