Volver arriba

Última actualización : 23 septiembre 2020

Recursos clave para la respuesta de las bibliotecas a la pandemia del coronavirus

La información y los recursos que se mencionan a continuación no son concluyentes y se actualizarán regularmente. Se basan en información pública disponible que fue enviada a updates@ifla.org. Agradecemos que nos envíen otras ideas, referencias, sugerencias y correcciones a esta dirección de correo. Por favor sírvanse consultar nuestra página de preguntas frecuentes FAQs especialmente en lo referente a IFLA.

Sugerimos tener en cuenta la próxima publicación especial de la IFLA enfocada en innovaciones realizadas en las bibliotecas durante la pandemia por COVID-19.  Para más información, ver la convocatoria para presentar propuestas.  

 

COVID-19 and libraries: gloves & mask

Comprender la enfermedad COVID-19 y su propagación

Recursos sobre la enfermedad

Los coronavirus son una familia de virus. COVID-19 – o enfermedad por Coronavirus – es una enfermedad infecciosa causada por un tipo de coronavirus descubierto recientemente.

Tal como establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas infectadas por COVID-19 desarrollarán infecciones respiratorias leves a moderadas y se recuperarán sin requerir ningún tratamiento especial. Las personas mayores, y aquellos con problemas médicos preexistentes como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad seria.

Los síntomas más comunes son fiebre, cansancio y tos seca. Otros síntomas son falta de aire, dolores y molestias, dolor de garganta, y algunas pocas personas presentan diarrea, náuseas y secreciones nasales.

El mejor modo de prevenir y disminuir la transmisión es estar bien informados sobre el virus COVID-19, la enfermedad que causa y cómo se propaga. COVID-19 se propaga principalmente a través de gotas de saliva o de secreciones nasales cuando una persona infectada tose o estornuda.

Para saber más sobre el virus, consulte las páginas de investigación de la OMS, o los cursos MOOC – Cursos en línea, masivos y abiertos sobre el virus preparados por la OMS. Tal vez usted también desee suscribirse al servicio de alerta de WhatsApp de la OMS para recibir información confiable directamente en su teléfono.

Recursos sobre los últimos casos

Las autoridades nacionales de todo el mundo están trabajando para reunir información sobre el número de pruebas, infecciones y sus consecuencias. En primer lugar, usted debería consultar con las autoridades de su país para poder contar con esta información, dado que ellas deberían tener los datos más recientes.

A nivel global, la OMS publica informes diarios sobre la situación. Esta información se utiliza para conformar el mapa de la OMS sobre los casos.

El Centro de Ciencias e Ingeniería en Sistemas de la Universidad Johns Hopkins también actualiza un mapa global en vivo, que incluye las cifras de los pacientes recuperados. Este mapa se usa regularmente como fuente de información en los medios de comunicación.

COVID-19 and libraries: book & glasses

Cierre de bibliotecas en el mundo

Las bibliotecas de todo el mundo están enfrentando decisiones difíciles sobre qué servicios ofrecer y cómo hacerlo, desde restricciones mínimas hasta el cierre total. Somos conscientes de que los gobiernos mismos están adoptando distintos enfoques: algunos ordenan el cierre de todas las instituciones, otros indican que la vida debe continuar como siempre, y otros simplemente dejan las decisiones en manos de los directores de las bibliotecas.

Ciertamente la decisión de restringir los servicios de una biblioteca o de cerrarla es muy difícil y es necesario adoptarla luego de evaluar los riesgos que implica.

En la actualidad sabemos del cierre total de los sistemas bibliotecarios públicos en los siguientes países y territorios: Albania, Argentina, Armenia, Azerbaiyán, Bangladés, Birmania, Bolivia, Bosnia, Brasil, Islas Caimán, Colombia, Cuba, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas, Ghana, Kenia, México, Nepal, Panamá, Paraguay, Perú, Sudáfrica, Ucrania e Islas Vírgenes de los Estados Unidos.  

En tanto, las bibliotecas de Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Aruba, Australia, Austria, Bélgica, Bermuda, Bulgaria, Canadá, Colombia, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Islas Feroe, Finlandia, Francia, Ghana, Gibraltar, Grecia, Groenlandia, Hong Kong (China), Irlanda, Islas Aland, Italia, Japón, Kenia, Líbano, Macao (China), Marruecos, Namibia, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polinesia Francesa, Polonia, República Checa, Samoa Americana, Sint Maarten, Svalbard, Suiza, Tailandia y Turquía están comenzando a reabrir con precauciones para proteger la salud. En Suecia el 90% de las municipalidades mantuvieron las bibliotecas abiertas y el 85% de las municipalidades incluso ofrecen servicios adicionales.  Las bibliotecas de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos reabrieron a finales de julio pero se vieron forzadas a cerrar nuevamente en agosto.

En Estados Unidos, Ithaka S+R está monitoreando acciones en las bibliotecas de investigación (ver resultados en vivo); mientras que en Francia, el Ministerio de Investigación ha recabado ejemplos de bibliotecas académicas.

Mientras, las bibliotecas escolares de 52 países se verán afectadas por el cierre de todas las instituciones educativas, en otros lugares se han cerrado algunas escuelas, según las cifras de la UNESCO. En muchos de estos países también se han cerrado las bibliotecas universitarias.

Las bibliotecas nacionales también han cerrado al público en Albania, Andorra, Arabia Saudita,  Argentina, Azerbaiyán,  Bangladés, Birmania, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Costa de Marfil, Cuba, Ecuador,  Etiopía, Estados Unidos,  Filipinas, Guatemala, Guinea-Bissau,  India, Jamaica, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Madagascar, Malawi,  Maldivas,  Mauricio, México, Nepal,  Panamá, Paraguay, Perú, República de Corea, República Dominicana,  Sudáfrica, Ucrania (Vernadsky),  y Uruguay.

Las bibliotecas nacionales de Argeria, Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Armenia, Aruba, Australia, Austria, Bahamas, Barbados, Bélgica, Bermuda, Belice, Bielorrusia, Bosnia, Bulgaria, Bután, Cabo Verde, Canadá, Catar, Chequia, China, Croacia, Chipre, Dinamarca, Egipto, Eslovaquia, Eslovenia, España,  Estonia,  Fiyi, Finlandia, Francia, Georgia, Grecia, Groenlandia, Hungría, India; Indonesia, Irán, Irlanda, Isla de Man, Islandia, Islas Caimán, Islas Cook, Islas Feroe, Israel, Italia, Japón, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Macedonia del Norte, Malasia, Malta, Moldavia, Mónaco, Namibia, Noruega,  Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polinesia Francesa, Polonia, Portugal, Reino Unido, República de Corea, Rumania, Rusia, San Marino, Santa Lucía, Santa Sede, Serbia, Singapur, Sri Lanka, Suecia, Suiza, Tayikistán, Tailandia, Trinidad y Tobago, Túnez, Turquía, Tuvalu, Uganda, Ucrania ( Yaroslav el Sabio), Uzbequistán, y Vietnam han reabierto con limitaciones.  Algunas bibliotecas han abierto sus puertas  y luego han vuelto a cerrarlas a raíz de cambios en el contexto, como sucedió en Albania.

COVID-19 and libraries: typing at keyboard

Manejo de los distintos enfoques sobre las restricciones

Las bibliotecas en las distintas partes del mundo están enfrentando situaciones muy diferentes, desde mantener todos los servicios hasta el cierre total.

De las experiencias que obtenemos en todo el mundo, comprobamos que bibliotecas y bibliotecarios se encuentran en alguna de las siguientes situaciones:

Actividad (más o menos) habitual: en muchos países los casos de contagio del virus son limitados y los gobiernos no han tomado medidas específicas. Sin embargo, se aplican las recomendaciones normales de una buena higiene. En esta situación, por ejemplo, las bibliotecas toman las siguientes medidas:

  • Garantizan el acceso a jabón y agua tibia
  • Garantizan el suministro de alcohol en gel
  • Mantienen las superficies limpias, al igual que los juguetes y las computadoras de las bibliotecas
  • Garantizan que alientan la recuperación del personal y de los usuarios cuando se sientan enfermos, en lugar de que asistan a las bibliotecas
  • En sus sitios web incluyen páginas con vínculos útiles a información confiable para los usuarios y promueven la alfabetización mediática frente a posible información falsa que circula en línea.

Algunas restricciones: hay más casos de contagio y los gobiernos están comenzando a actuar para restringir eventos más grandes. También alientan de manera activa a las personas a tomar más medidas para resguardar la higiene. En este caso, las bibliotecas están tomando las siguientes medidas:

  • Reconsideran la programación de talleres o de horas del cuento, en especial para grupos de riesgo, como los usuarios adultos mayores. Toman medidas adicionales para garantizar la higiene, entre ellas la desinfección de superficies duras. Además, sacan de circulación elementos más riesgosos como juguetes o cascos de realidad virtual
  • Consideran el cierre de espacios de estudio donde las personas pueden pasar períodos de tiempo más prolongados en compañía de otros
  • Se preparan para posibles restricciones más severas, por ejemplo, al garantizar que todo el personal tenga la capacidad y las herramientas para trabajar de manera remota (si fuera posible), y que, también en la medida posible, los servicios se puedan prestar de manera digital.

Servicio mínimo: en muchos países las medidas son más estrictas. Se imponen límites más severos a las reuniones públicas, se advierte específicamente a los grupos en riesgo y se cierra la mayoría de las regiones afectadas. En estos casos, las bibliotecas están adoptando las siguientes medidas:

  • Cierre total de espacios. Se ofrece solamente la posibilidad de pedir prestados libros o de devolverlos en el mostrador de atención al público, o en algún buzón destinado a ese fin. Algunos países están experimentando un sistema de préstamo y devolución de libros desde el vehículo del lector. Otros sólo permiten visitas que cuenten con reserva previa
  • Implementación de políticas de cuarentena para la devolución de libros (ver abajo para mayores detalles)
  • Implementación de planes para ofrecer servicios remotos, por ejemplo, prestamos electrónicos, aprendizaje en línea, o apoyo para clases remotas
  • Medidas para completar la implementación del trabajo remoto para todo el personal, y la verificación de éstas, además de la posibilidad de que los que ya puedan trabajar en forma remota lo hagan.

Cierre total: en los casos en que las medidas son muy estrictas, las bibliotecas se han visto obligadas a cerrar, o han optado por hacerlo luego de evaluar los riesgos para los usuarios y el personal. En estos casos las bibliotecas están tomando las siguientes medidas:

  • Garantizan que todo el personal trabaje desde su casa, salvo algunas pocas excepciones. Cuando el personal concurre al lugar de trabajo, garantizan que se respeten las normas de distanciamiento social.
  • Asignan nuevas obligaciones a los bibliotecarios en otros departamentos dentro de las municipalidades; por ejemplo, que utilicen sus capacidades para el manejo de información en servicios sociales o de apoyo sanitario.
  • Generan una comunicación fluida con los usuarios sobre las oportunidades de uso de los recursos o servicios de la biblioteca.
  • Organizan la hora del cuento en formato digital, cuando esté permitido por los derechos de autor.
  • Promueven el uso de bibliotecas digitales y otras herramientas, incluida la posible inversión en adquisición de más contenidos y licencias.
  • Ofrecen prorrogar los plazos para la devolución de libros físicos y aumentan el número de libros electrónicos que los usuarios pueden solicitar en préstamo.
  • Ponen a disposición de otras actividades el espacio y el equipamiento de las bibliotecas, tales como la impresión de equipos de protección personal.
  • Generan conciencia sobre las ofertas digitales a través de la página principal de los sitios web o colocando carteles en las ventanas de los edificios de las bibliotecas

Preparación para la reapertura: en algunos países, ya se están tomando medidas para levantar las restricciones, aunque en forma parcial, y las bibliotecas probablemente serán parte de esta medida. Los plazos aún son inciertos, y obviamente la seguridad debería ser una prioridad. Frente a esta situación, las bibliotecas están dando los siguientes pasos:

  • Comienzan a planificar la reapertura gradual cuando las reglas, los permisos, y las sedes y recursos de las bibliotecas permitan hacerlo en forma segura introduciendo en las políticas de las bibliotecas aquellos cambios que resulten necesarios. Una medida clave podría ser realizar un análisis de riesgos que se centre tanto en las actividades de las bibliotecas como en la situación general.
  • Establecen límites al número de personas que utilicen la biblioteca al mismo tiempo, y estipulan la manera de hacerlos cumplir (por ejemplo, a través de reservas anticipadas, venta de entradas u otros medios para contar la cantidad de usuarios), así como de evitar situaciones de reunión de muchas personas, por ejemplo, utilizando sistemas unidireccionales, reduciendo el mobiliario, manteniendo cerradas las salas de lectura y los baños, o posponiendo su programación.
  • Implementan procesos de limpieza regulares (pueden incluir un breve cierre de la biblioteca) focalizados especialmente en la limpieza de superficies donde el virus pareciera sobrevivir por más tiempo (plásticos y metales, con excepción del cobre) y mantienen los baños cerrados o al menos intensifican su limpieza.
  • Desarrollan servicios como “haz clic y retira tu libro” (click-and-collect) o servicios de retiro desde el vehículo sin tener contacto con personas.
  • Crean protocolos de respuesta en caso de identificar a una persona con síntomas en la biblioteca.
  • Garantizan que el personal tenga la capacitación y el equipamiento apropiado, incluido el uso de pantallas protectoras si fuera necesario, limitan el contacto, permiten el trabajo en forma remota durante todo el tiempo que sea posible, y realizan actualizaciones en forma regular. 
  • Dejan en claro las circunstancias que hacen imposible la apertura segura, y garantizan que los responsables de tomar decisiones comprendan la naturaleza de los espacios de las bibliotecas.
  • Continúan promoviendo servicios y recursos en línea con el objetivo de limitar la cantidad de visitantes en la biblioteca.
  • Comunican con claridad todas las reglas nuevas para los usuarios de la biblioteca, tanto en línea como en el establecimiento, y realizan actualizaciones en forma regular.
  • Garantizan la elaboración de planes en caso de un potencial cierre si ocurriera un nuevo pico en el índice de infectados.

COVID-19 and libraries: stay at home

Mantener la seguridad en la casa y en el trabajo

A la luz de lo expuesto anteriormente, la OMS recomienda, en términos generales,  respetar la etiqueta respiratoria (por ejemplo, toser en el ángulo del codo o utilizar un pañuelo de papel que se descarte de manera inmediata), lavarse las manos o utilizar alcohol en gel con frecuencia,  evitar tocarse la cara y mantener distancia de cualquier persona que tosa o estornude. Asimismo, se deben evitar los focos de contagio, en especial si usted o las personas con las que convive son mayores o pertenecen a algún otro grupo de riesgo (diabéticos y pacientes con enfermedades cardíacas o respiratorias).

Las personas con síntomas leves que se sientan bien deberían aislarse voluntariamente y contactar a su servicio de salud o a una línea de información sobre COVID-19 para solicitar asesoramiento relacionado con la realización de la prueba y la derivación. Las personas con fiebre, tos o dificultades para respirar deberían contactarse con su médico y solicitar atención profesional.

Hay numerosos recursos disponibles en el sitio WEB de la OMS . Además, adelantándonos a la información que figura a continuación, instamos a las bibliotecas a buscar asesoramiento en los organismos nacionales de salud pública, y, por supuesto, a seguir las directrices vigentes. Cuando las bibliotecas forman parte de instituciones más grandes ––como universidades o escuelas–– es aconsejable que se involucren en la planificación y gestión de respuestas ante la crisis, como sucedió por ejemplo en el campus Duque do Caixas de la Biblioteca Federal de Río de Janeiro.

Manejo de materiales

Un tema clave para muchos en el sector bibliotecario ha sido el riesgo de infección por contacto con material contaminado con coronavirus. Obviamente, nuestro conocimiento sobre los aspectos relacionados con la forma de propagación del virus se encuentra aún en una etapa inicial, de modo que no es posible ofrecer pautas definitivas más allá de las recomendaciones generales de mantener limpias las manos y evitar tocarse la cara.

Sin embargo, están surgiendo algunas investigaciones recientes (publicadas en el New England Journal of Medicine y el Journal of Hospital Infection) con respecto al tiempo de supervivencia del virus, tanto en el aire como sobre diferentes superficies. Aparentemente, sobrevive más sobre plástico y acero que sobre cartón o cobre, aunque estas pruebas se realizaron en laboratorios donde el riesgo de infección disminuye con el transcurso del tiempo.

Un seminario web organizado por el Instituto de Museos y Servicios Bibliotecarios de Estados Unidos se hizo eco de esto, sugiriendo que el riesgo del papel era bajo, en tanto que los servicios que implican el contacto regular con superficies duras representan un mayor riesgo. El Gobierno de los Países Bajos también ha sugerido que la posibilidad de contagiarse el virus a través del papel, como por ejemplo de una carta, es baja, al igual que el Instituto Federal Austríaco de Evaluación de Riesgos y las pautas elaboradas para las bibliotecas noruegas, que señalan que aún no existen pruebas de contagio a través de superficies, afirmación con la cual también coincide el Asesor Principal de las Bibliotecas Suecas.

Fuera del sector bibliotecario, por ejemplo, en el servicio postal, no parece haber ninguna pauta sobre el manejo de papel o cartón. Lo que sí parece ser más probable es que otras superficies – como picaportes, teclados, mouse de computadoras, juguetes, CD y DVD, o cascos de realidad virtual – podrían contener el virus, de modo que se los debería limpiar con regularidad o sacar de circulación.

Sin embargo, cuando existe la posibilidad de que un libro o algún otro elemento hayan estado en contacto cercano con alguna persona enferma, sería apropiado esperar o aplicar técnicas de limpieza seguras. La recomendación general es ser cauteloso, con lo cual también coincide el gobierno francés. El Instituto de Museos y Servicios Bibliotecarios de Estados Unidos ha celebrado un convenio asociación  con la OCLC y el Instituto Battelle para profundizar en el manejo seguro del material, en el que IFLA también participa.

A los fines de dar una mejor respuesta a la incertidumbre que todavía nos embarga, el Instituto de Museos y Servicios Bibliotecarios de Estados Unidos ha creado el proyecto REALM (Reapertura de Archivos, Bibliotecas y Museos) junto con la OCLC y el Instituto Battelle, para profundizar en el manejo seguro del material, donde la IFLA también hace su aporte. Esta asociación se enfocará en la evaluación de riesgos en determinados materiales y servicios, con el propósito de ayudar a las bibliotecas a tomar determinaciones con respecto a la reapertura y reanudación de servicios.

La asociación ha publicado un primer documento clave —una revisión de la literatura disponible— que analiza artículos de investigación provenientes de diferentes disciplinas, incluidos los que han sido sometidos a referato y los que no.  Se examinan las pruebas sobre transmisión a través del aire y de la proximidad con portadores del virus y sobre la supervivencia del virus en diferentes superficies, y la eficacia de los diferentes enfoques en materia de limpieza.  Si bien este material será de ayuda para quienes desarrollen estrategias, los autores tienen en claro que la investigación está en una etapa temprana y que las pruebas provienen de una amplia gama de contextos.  

El proyecto REAL también ha publicado el plan para verificar la supervivencia del virus en diferentes materiales y superficies, así como una revisión sistemática de la bibliografía disponibles. También se reportaron los primeros resultados de laboratorio que revelaron que, después de tres días de cuarentena, el virus no pudo ser detectado en libros de tapa dura o blanda, o en las hojas de los libros, las tapas de plástico y las de DVD. La segunda serie de resultados se concentra en una nueva serie de materiales, incluidas páginas en braille, páginas satinadas y páginas de revista, libros infantiles con páginas de cartón y carpetas de archivo, y una tercera serie analiza los plásticos utilizados para audiolibros, y para cintas de audio o video, libros sonoros o convertidores USB, vitrinas o separadores de acrílico, bolsas y cajas de plástico para almacenamiento. Los materiales a examinar en una cuarta etapa, en esta ocasión apilados juntos, también fueron dados a conocer, e incluirán cajas de DVD y CD, libros de tapas duras, de tapas blandas, de tapas plastificadas y espuma de polietileno expandido. En esta etapa se descubrió que el virus realmente perdura por más tiempo en estas situaciones. Una quinta ronda de pruebas se focalizará en los museos, aunque también incluirá las encuadernaciones de libros de cuero.   Es posible registrarse en el boletín informativo  para obtener las actualizaciones del proyecto.

A la luz de esta realidad, sabemos que algunas bibliotecas impusieron un plazo de espera (cuarentena) antes de manipular los libros devueltos, mientras que otras informaron que no esperan la devolución de los libros hasta que la situación se normalice. Por ejemplo, el organismo responsable de la salud pública de Inglaterra sugirió que el riesgo de manipular cartón es insignificante luego de transcurridas 24 h, y 72 h en el caso del plástico, posición que también fue adoptada por la Asociación de Bibliotecas de Austria. De todas maneras, no todas las bibliotecas imponen cuarentenas. Las bibliotecas danesas, por ejemplo, no lo hacen, pues argumentan que el riesgo de que la sociedad en su conjunto pueda infectarse ―y el riesgo relativamente bajo que producen los libros― prueban que no es necesario hacerlo.

En tanto, el organismo responsable de las bibliotecas en Irlanda (Libraries Ireland) elaboró pautas en las que se sugiere una espera de 72 h, al menos en el caso del material devuelto o manipulado a partir del cierre de las bibliotecas, y propone procedimientos para su entrega. La Asociación de Bibliotecas e Información de Australia, apoyando al gobierno, sugiere que 24 h son suficientes. Este enfoque también fue adoptado por la Biblioteca del campus Duque do Caixas de la Universidad Federal de Río de Janeiro y las bibliotecas de Egipto, que aprovechan la luz solar para facilitar la desinfección. El gobierno checo sugirió que 48 h serían suficientes, mientras que los gobiernos de Suiza, Países Bajos, Bélgica y la Biblioteca Estatal Rusa de Literatura Extranjera están optando por 72 h, el gobierno de Eslovaquia por cinco días, Argentina por dos semanas, y el de Francia y la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik (Líbano) por 10 días en el caso de material con cobertura plástica (72 h para el papel). El Ministerio de Cultura de Italia y la Asociación de Bibliotecarios de Andalucía sugieren dos semanas, si bien en el caso de las pautas italianas esto ha sido cuestionado por la Asociación de Bibliotecas de Italia y la Universidad Nacional Autónoma de México. Algunos países también indican que los espacios para consultar obras deben poder limpiarse con facilidad.

Actualmente se están relajando algunas de estas pautas debido a las pruebas que surgen y a los menores índices de prevalencia del virus. Por ejemplo, la cuarentena ya no es obligatoria en Flandes, República Checa y Eslovenia, mientras que en Francia se han reducido los tiempos.

Para la limpieza de material con cobertura plástica, como los DVD, la Asociación de Bibliotecas e Información de Australia ha sugerido emplear toallitas con alcohol permitiendo de ese modo que entren en circulación de inmediato. Existen diferentes enfoques acerca de la forma de limpiar los libros, por ejemplo, las pautas austríacas sugieren que el tratamiento con calor funcionará mientras que otras sugieren que este tipo de tratamiento podría poner en riesgo los materiales y que, por tanto, la cuarentena sería un método más seguro.

La asociación de bibliotecas de Alemania se hizo eco de este consejo, mientras que la de Austria indicó que los lectores no deben humedecerse los dedos antes de cambiar de página, y sugiere el uso de limpiadores levemente alcalinos para las tapas de los libros. Las bibliotecas checas garantizan que su personal utilice guantes y mascarillas al manipular libros recién devueltos, entre otros consejos, mientras que la Asociación de Bibliotecas de Italia, además de lo antedicho, sugirió que se pueda solicitar que los usuarios indiquen si el material devuelto estuvo en contacto con alguna persona contagiada con el virus. La Biblioteca Nacional de los Países Bajos ha recomendado a los lectores que no usen gel antiséptico sino que se laven las manos con agua y jabón antes de manipular las obras para no causar daños.

En tanto, las bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México destacan que los libros no deben guardarse en bolsas de plástico.    También han establecido un protocolo detallado para el manejo de los libros que se devuelven o ingresan de otro modo a la biblioteca a través de un sistema de zonas identificadas con un código de colores relacionados con diferentes actividades.

Cuando los usuarios trabajan con material para cursos, el organismo responsable de las bibliotecas en Holanda ha recomendado reducir riesgos y cuestiones de logística instando a los usuarios a llevarse el material a sus casas (y a concurrir con su propio papel y lapicera), en lugar de dejarlo en la biblioteca. 

Con respecto a los equipos de computación que, en general, se considera que conllevan mayores riesgos, la mayoría de las pautas hacen hincapié en su desinfección. En muchas situaciones, tener acceso a una computadora es esencial, y para permitirlo se exceptuó el cierre de varias bibliotecas, mientras se implementaron normas estrictas para limitar riesgos, como sucedió en el centro de Londres, en el Reino Unido.

El organismo responsable de las bibliotecas en Holanda sugiere, cuando sea posible, desconectar el mouse y el teclado luego de su uso y colocarlos en un sitio común que facilite este proceso. Otros lugares, como Helsingborg, Suecia, y Topeka, Kansas, planifican garantizar la presencia de personal de las bibliotecas para desinfectar las computadoras luego de su uso.  Las pautas danesas siguen manteniendo su posición contra el uso público de las computadoras dada la existencia de potenciales complicaciones para su limpieza.

Algunas pautas sugieren ofrecer formas claras de devolución de los libros potencialmente contaminados, a través de buzones destinados a este fin, de mostradores especiales, o hasta de canastos dispuestos en la biblioteca solamente para la devolución de material de consulta. En Ginebra, algunas bibliotecas escolares colocan canastos para devoluciones en todas las aulas.  Las pautas polacas sugieren que las devoluciones sean realizadas en superficies que puedan limpiarse con facilidad, o en papel que pueda descartarse, mientras que la Biblioteca Nacional y Universitaria de Croacia ha instalado canastos en la entrada donde se pueden dejar los libros, mientras que la Asociación de Bibliotecas de Japón sugiere la colocación de mesas con el mismo propósito.

Al manipular material recientemente devuelto, la Asociación de Bibliotecas e Información de Australia (ver enlace en la sección reapertura de bibliotecas) recomienda el uso de guantes para el manejo de libros recién devueltos, y la eliminación de los guantes inmediatamente después. Otros sugieren que el uso de guantes puede dañar el material y que el lavado regular de las manos puede ser suficiente. Las pautas del gobierno francés, por ejemplo, no recomiendan el uso de guantes sino de ropa de protección de algodón que se pueda quitar y lavar. La Biblioteca Nacional y Universitaria de Croacia (ver enlaces más abajo) sugiere que las copias de depósitos legales también deberían manipularse con cuidado, remover el embalaje con el que se las entrega con muchos recaudos y eliminarlo en receptáculos especiales.

Una vez reunido el material, resulta claro que la necesidad de almacenar los libros puede causar problemas de logística, en especial para las instituciones más pequeñas. Las pautas francesas sugieren que si no es posible encontrar una sala especial, se deberían emplear espacios específicos de la biblioteca (y mantenerlos cerrados al público), o incluso almacenar los libros fuera del edificio. También sugieren que deberían profundizarse los esfuerzos para limitar el número de personal que trabaja con esos materiales, y se les debería brindar el equipamiento protector adecuado. Teniendo en cuenta las potenciales cuestiones logísticas que esto podría implicar, algunas pautas de Estados Unidos señalan la posibilidad de utilizar almacenamientos portátiles como solución.

Con respecto a las tareas de desinfección, la Biblioteca Nacional de China también está aplicando técnicas de aislamiento y esterilización estática de las obras, aunque planea la creación de un centro único para la devolución y desinfección de libros, empleando equipos de desinfección con ozono y luz ultravioleta. La Biblioteca Nacional de Hungría, a través de su Instituto de Bibliotecología, también analizó el tema, resaltando que es necesario garantizar que las medidas para la desinfección de las obras no terminen provocando daños, por ejemplo por el uso de alcohol en gel (ver este estudio de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos), ozono o luz ultravioleta, por nombrar algunos materiales o fluidos de limpieza. Asimismo, el Centro de Conservación de Documentos del Noreste también se hizo eco de este tema. En tales casos, el Instituto y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos consideran que el transcurso del tiempo es un buen desinfectante. Con respecto a la desinfección general de los edificios, en la Ciudad de México  se recomienda que las bibliotecas públicas eviten la desinfección, siempre que sea posible, dado el riesgo de dañar los libros.

El Centro Nacional de Tecnología y Capacitación para la Preservación de Estados Unidos (NCPTT, por sus siglas en inglés) ha publicado videos en inglés, español y portugués. Se puede acceder a muchos otros recursos útiles en el sitio web del NCPTT sobre el tratamiento de materiales históricos. 

En tanto, las pautas de Estonia sugieren separar por algunos días el material que pudiera estar contaminado con el fin de limitar el riesgo de contagio a otras personas.

El Instituto de Salud Pública de Eslovenia (ver traducción más adelante en nuestra sección sobre reapertura de las bibliotecas) sugiere que los lectores que reciban material en sus casas también deberían respetar la cuarentena esperando algunos días antes de abrir los paquetes, y luego, si el material no es de papel ni cartón, deberían limpiarlo o esperar aún más tiempo. Las pautas de la República Checa (ver más abajo) también sugieren que se debería advertir a los lectores sobre los riesgos, y que aquellos lectores que puedan, esperen algunos días antes de usar un libro. En este caso, las pautas sugieren que el plazo de los préstamos podría extenderse. 

Con respecto al personal, es aconsejable el uso de medidas de higiene básicas como el lavado de manos minucioso con agua y jabón, evitar tocarse la cara y mantener distancia si aparecen síntomas de COVID-19.

Distanciamiento Social y servicios de entrega

Debido a que el contacto físico estrecho parece ser el medio principal de contagio del virus, la respuesta fundamental ha sido el “distanciamiento social”, mantener una distancia segura entre personas con el fin de reducir el riesgo de transmisión del virus de una persona a otra.  Toser, estornudar y hasta hablar suele significar que se emitieron gotitas potencialmente contagiosas en el aire.

La distancia recomendada varía de un país a otro, pero nunca es inferior a 1m (3-4 pies) y, a menudo, se recomienda una distancia mayor. Esto no siempre es posible.  En Estados Unidos, por ejemplo, hemos visto a las bibliotecas actuar de manera proactiva y solicitar su cierre a las autoridades cuando consideran que el riesgo es demasiado alto, tanto para los usuarios como para el personal.

Visite nuestra sección sobre reapertura de bibliotecas; para obtener más información sobre la implementación del distanciamiento social en las bibliotecas.

En el caso de las bibliotecas que aún no abrieron, muchas se han centrado en la entrega de libros a grupos vulnerables y otros usuarios, teniendo en cuenta, además, la necesidad de proteger la salud.  De hecho, en Wuhan, China, los trabajadores de las bibliotecas prepararon áreas destinadas a pacientes. En el caso de usuarios vulnerables, como indican las pautas de República Checa, se debe poner máximo esmero para minimizar riesgos.

Por ejemplo, la biblioteca escolar de Radford College de Australia tiene un servicio llamado “haz clic y retira tu libro” (click-and-collect), mientras que las bibliotecas de Lane Cove (también en Australia), Godoy Cruz (Argentina), La Haya (Países Bajos) y varias bibliotecas públicas portuguesas están haciendo entregas a domicilio y, en Svalbard, la biblioteca trabaja con empresas de taxis para brindar acceso a los libros, igual que la Biblioteca Pública Central de Veria, en Grecia. Alrededor de la mitad de las municipalidades de Suecia ofrece algún tipo de entrega o servicio de recolección, y en Dinamarca la biblioteca Roskilde ha trabajado activamente para contactar a personas que hubieran recibido entregas en sus domicilios tanto para verificar esto como para consultarles si desean realizar reservas, ahora que es posible hacerlo nuevamente. La Biblioteca Central de la Prefectura de Osaka en Japón ofrece entregas por correo. Mientras tanto, las pautas del gobierno del Estado de Australia Occidental abordan la entrega segura en el domicilio. En Etiopía, según se acredita en un artículo periodístico, se están organizando bibliotecas móviles utilizando camellos para garantizar que los niños en cuarentena puedan tener acceso a los libros. Ver también los recursos reunidos por las asociaciones de bibliotecas para obtener más información.

No obstante, algunas han expresado su preocupación sobre los riesgos asociados con las entregas, o simplemente han cerrado los buzones para entrega. Es evidente que, en cualquier caso, lo más importante es cuidar la salud del personal, los voluntarios y los usuarios.

COVID-19 and libraries: woman writing

Prestación de servicios de manera remota

Las bibliotecas de todo tipo alrededor del mundo están trabajando seriamente para brindar acceso a sus colecciones y servicios en forma remota, muchas veces dedicando tiempo y esfuerzos a la actualización de páginas web y sistemas informáticos para hacer frente a la demanda. Si bien muchas bibliotecas ya contaban con una presencia digital fuerte, muchas otras ―como la biblioteca de la Universidad Al Iraqi (Irak)— la han creado en este contexto para seguir prestando servicios a sus miembros. Como se ha destacado en una encuesta realizada por la Conferencia de Directores de Bibliotecas Nacionales, tres cuartas partes de las bibliotecas nacionales, por ejemplo, han incorporado nuevos servicios digitales. Otro ejemplo es el de la Biblioteca del Estado de Nueva Gales del Sur que realizó una encuesta  entre las bibliotecas públicas del estado sobre sus actividades en línea durante la cuarentena y determinó, por ejemplo, que luego del cierre de sus instalaciones la cantidad de bibliotecas que ofrecía programación en línea se elevó del 12% de los encuestados al 86% .  

Todos los tipos de bibliotecas promueven sus servicios digitales: por ejemplo, la Biblioteca Nacional de Francia organiza exhibiciones virtuales y otras herramientas de aprendizaje (especialmente durante los meses de verano; mientras que la Biblioteca Nacional de España promueve sus contenidos digitales, que pueden utilizarse para apoyar la educación; el Folklife Centre de la Biblioteca del Congreso de la Estados Unidos realiza conciertos semanales en línea, la Biblioteca Nacional de Marruecos ofrece libros electrónicos gratuitos; la Biblioteca Pública de Aarhus, Dinamarca, ha publicado contenidos digitales en la portada de su sitio web; y la Biblioteca Granby de Quebec, Canadá destaca el contenido centrado en la adquisición de nuevas capacidades. La División Biblioteca Patrimonial del Servicio Nacional de Bibliotecas e Información de Trinidad y Tobago ha aprovechado las circunstancias de la pandemia para acelerar su transición hacia la oferta digital.

La Biblioteca Pública de Nueva York ha mejorado su aplicación SimplyE para administrar clubes de lectura en línea, igual que la Biblioteca de Alejandría, en Egipto. En Malasia, en el marco de los preparativos para el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor el 23 de abril, una campaña con el hashtag #LetsReadTogether (#LeamosJuntos) alentó a la población de todo el país a leer más en línea. Las bibliotecas de Johannesburgo, Sudáfrica, han reforzado sus actividades en redes sociales y han incluido con regularidad nuevas sesiones de la actividad “pregunte a un bibliotecario”, por ejemplo en este.

Las bibliotecas públicas de Kibera y Nakuru de Kenia ―socias del Programa de Innovación en Bibliotecas Públicas de EIFL― están promoviendo contenidos sobre COVID-19 en idioma local a través de las redes sociales y difundiendo recomendaciones de libros, mientras que la Autoridad Bibliotecaria de Ghana (otra socia del programa EIFL-PLIP) también promueve el acceso a sus contenidos digitales además de publicar información sanitaria clave. La biblioteca pública de Kota, en India, también ha aumentado sus servicios en línea, fomentando la biblioterapia como forma de ayudar al usuario durante la crisis, y ha recibido cobertura útil en la prensa local.

Las bibliotecas escolares de Estados Unidos también se están esforzando para ofrecer materiales en formatos que permitan a los padres ayudar a sus hijos con la educación en casa. La Red Portuguesa de Bibliotecas Escolares ha elaborado pautas y una plataforma; dirigidas a las bibliotecas escolares donde resalta cómo pueden seguir cumpliendo su misión y sugiere herramientas y materiales, aun durante períodos de cierre. Las bibliotecas escolares de Uruguay también han lanzado una plataforma en línea para continuar fomentando la lectura entre los adolescentes, mientras que en Brasil, la biblioteca del Colegio Marista Santa Mónica está trabajando estrechamente con los docentes y los Equipos de Microsoft para promover el aprendizaje de los alumnos, a pesar de que las colecciones no estén disponibles. Las bibliotecas de Lakewood, Ohio, Estados Unidos hasta crearon una biblioteca virtual para recordar la sensación de ingresar para sacar un libro.  READ Bután ha elaborado materiales para apoyar a padres y niños, ha trabajado estrechamente con las escuelas e incluso ha transmitido contenidos.  También ha creado espacios de aprendizaje alternativos en caso de que las escuelas no puedan reabrirse según lo previsto.  En todo Estados Unidos, las bibliotecas escolares deben adaptar sus prácticas; algunas permiten el acceso, otras hacen entregas según las pautas de la navegación en línea, y otras dan la bienvenida a estudiantes, pero focalizadas en las competencias digitales en caso de que volvieran a implementarse medidas de cierre.

La división de Educación del Sistema Nacional de Bibliotecas e Información de Trinidad y Tobago creó paquetes de recursos digitales para la escuela primaria y secundaria, dicta cursos en línea de alfabetización informacional  y continúa trabajando para encontrar nuevos métodos eficaces de enseñanza, al igual que la Universidad East West de Bangladés. Continúa trabajando para encontrar nuevas formas de enseñanza eficaz. De manera similar, la Biblioteca Nacional de Jamaica ha creado un programa para ayudar a los estudiantes a continuar estudiando y a aprobar sus exámenes.

En Irak, la biblioteca Al-Abbas Holy Shrine ofrece un servicio de préstamos remotos para investigadores con acceso a recursos electrónicos. En tanto, bibliotecas especializadas en salud focalizan sus intereses en la información que pueden brindar, como es el caso de la Biblioteca de la Agencia de Salud, San Pablo, Brasil.

Numerosas bibliotecas públicas y escolares promueven la hora del cuento en línea, cuando pueden encontrar una solución a cuestiones relacionadas con los derechos de autor. En Portugal, por ejemplo, existe un canal de YouTube específico, también en San Pablo, Brasil, y en la biblioteca Maria Stagnero de Munar library en Uruguay, mientras que la Asociación de Bibliotecas del Reino Unido CILIP ha lanzado su Servicio Nacional de Recomendaciones (National Shelf Service) y algunas bibliotecas de Estados Unidos han creado ‘story walks’ (caminos de cuentos) colocando posters con páginas de libros en distintos lugares de las ciudades para que las personas lean y caminen ).

En la ciudad de Redwood, Estados Unidos, y en Monash, Australia, también se ofrece la hora del cuento para nativos de idiomas minoritarios, mientras que un bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Pozega en Serbia está narrando cuentos en línea que son noticia a nivel nacional, y la Biblioteca Central de la Prefectura de Osaka, en Japón, está trabajando con el instituto de literatura infantil que funciona en el mismo edificio (y que a su vez trabaja con editoriales) para implementar acciones similares.<0} Esfuerzos similares realizados en Grecia también permitieron a las bibliotecas mantenerse en contacto con sus usuarios, y hasta poner en práctica proyectos sobre arte. La Biblioteca de la Universidad Nacional Autónoma de México ha organizado encuentros virtuales de lectores para el Día Mundial del Niño (aquí y aquí), mientras que las bibliotecas en Estados Unidos incluyendo la Biblioteca del Congreso, llevaron los festivales literarios al formato en línea.

También se han realizado grandes esfuerzos para agilizar el acceso a los libros electrónicos, por ejemplo aumentando la cantidad de libros electrónicos que las personas pueden solicitar en préstamo en cualquier momento (en Dinamarca), creando una aplicación nueva con contenidos gratuitos (en los Países Bajos), y reasignando presupuestos para adquirir contenidos electrónicos.

Es evidente que no todos los usuarios están familiarizados con las herramientas digitales. Las bibliotecas de Huesca, España, han optado por desarrollar nuevos materiales de capacitación para los usuarios con el fin de ayudarlos a aprovechar al máximo estas posibilidades. De  manera similar, la Biblioteca Central de la Universidad de Bagdad ha comenzado a dictar cursos de capacitación para ayudar a los estudiantes a aprovechar las herramientas digitales disponibles.

Otros servicios básicos, como brindar asistencia a personas que necesitan solicitar beneficios, o buscar trabajo, probablemente se vuelvan cada día más importantes. Las bibliotecas de la zona de Miami-Dade, Estados Unidos, ya ofrecen formularios impresos para las personas que necesitan solicitar subsidios por desempleo y lo mismo ofrecen las del Condado de Hilsborough (también en Estados Unidos), además de la posibilidad de entregar los formularios con un servicio de retiro desde el vehículo. La biblioteca pública de Livadia (Grecia) ofrece un servicio en línea gratuito para brindar apoyo en búsquedas laborales para seguir ayudando a los usuarios a pesar de las restricciones impuestas por la cuarentena. En tanto, la biblioteca de Ferguson, Connecticut, Estados Unidos actualizó su apoyo a potenciales emprendedores, y las bibliotecas de Victoria, Australia, están trabajando para ayudar a las personas que enfrentan el desempleo.

Los bibliotecarios continuaron esforzándose, como es habitual, en producir libros y material sobre temas de actualidad, focalizándose principalmente en estrés y preocupaciones, y promoviendo la salud mental positiva, especialmente la Biblioteca Nacional de Medicina en Estados Unidos. En Helsingborg, Suecia, la biblioteca incluso invitó a expertos en salud pública para que dieran charlas a los usuarios, mientras el sector bibliotecario chino ha puesto especial atención en difundir medidas para el bienestar de las personas y para ayudarlas a aliviar las presiones, sobre todo en la Provincia de Hubei.

Otras bibliotecas están ofreciendo de manera digital actividades ya existentes e inventando otras nuevas. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ejemplo, está organizando una actividad virtual denominada virtual transcribathon para que participen personas a distancia, mientras que la Biblioteca Nacional de Noruega alienta a sus usuarios a acceder a sus pódcast mientras no sea posible realizar eventos presenciales. La Biblioteca Nacional de los Países Bajos se ha asociado con una organización de escritores para brindar un servicio de “autores en su pantalla”, mientras que los bibliotecarios en Estados Unidos han podido utilizar GoogleForms para crear salas de escape virtual con diversas temáticas, muchas de las cuales fueron utilizadas por los maestros en su tarea educativa. Una serie de iniciativas de colaboración de las bibliotecas, con participación del público, se encuentran disponibles ingresando en Library Journal.

En España, la Biblioteca Pública Vega La Camocha ha creado un club de lectura basado en la idea de un Gymkhana para que los niños se entretengan leyendo y de esa manera ayudar a los padres, mientras que la Biblioteca Pública de Arlington (Estados Unidos) está trabajando con niños y artistas locales para crear “quaranzines” (revistas referidas a la vida durante cuarentena) y un bibliotecario de Peters Township, Pennsylvania, elaboró una sala de escape virtual con la temática de Harry Potter. Las bibliotecas escolares de Malasia han tenido un rol central en la implementación del programa e-NILAM diseñado para promover la lectura durante el cierre de las escuelas.

La Biblioteca Pública de Aarhus realiza un concurso de música, un concurso de escritura, junto con un concurso de poesía en línea, ayuda para las tareas escolares y debates públicos en línea. La Biblioteca Pública de Turku (Finlandia) creó encuentros matutinos para usuarios en línea, mientras que la biblioteca central de Schleswig-Holstein (Alemania) ha elaborado un cuadernillo (también disponible en inglés) para ayudar a las personas a hacer actividades que las conecten con la naturaleza, en el contexto de un trabajo más amplio sobre sustentabilidad y narración de cuentos.

Las Bibliotecas de Egipto y Portugal realizan esfuerzos similares, mientras que las bibliotecas de Orkney, en Escocia, lanzaron un Desafío Lego, y la TS State Central Library Chandigarh, India, ha estado dirigiendo no solo una serie de competencias para los usuarios, sino también comparte revisiones de libros y otro tipo de información a través de redes sociales. En tanto, las bibliotecas de Salt Lake City están trabajando con pautas sobre mayor compromiso de la comunidad durante la cuarentena, y la biblioteca de la Universidad de Tartu, Estonia, fomenta una terapia con poemas como forma de promover el bienestar de los usuarios.

Algunas bibliotecas públicas trabajaron para desarrollar nuevas posibilidades para estar en contacto remoto con los bibliotecarios.  Las bibliotecas danesas crearon la red en línea Pregunte al Servicio de Referencia de una Biblioteca y la Biblioteca Aarhus cuenta con un servicio exclusivo para niños. En Suecia, las bibliotecas de Helsingborg establecieron por primera vez un chat en su sitio web, igual que muchas bibliotecas de Malasia. Las bibliotecas públicas de Johannesburgo en Sudáfrica están realizando video competencias para fomentar que los usuarios jóvenes compartan sus capacidades digitales con padres y abuelos, desarrollen sus propias habilidades de alfabetización digital y compartan los resultados en sus páginas de Facebook.   

De la misma manera, las bibliotecas académicas se están esforzando para brindar acceso remoto, por ejemplo, a través de un servicio de solicitud de artículos en línea en la Universidad de East-West (Bangladés), de contactos digitales en la Biblioteca Universitaria Agraria de Colombia y en la Universidad de Veracruz de México, o de atención telefónica en la Universidad Rhodes, Sudáfrica. La biblioteca de la Universidad de Malaya está desarrollando herramientas para facilitar las búsquedas en línea y la recopilación de datos sobre la pandemia de COVID-19, y también está preparando un póster para explicar su trabajo, así como un Servicio de Recopilación de Datos sobre COVID-19 para ayudar a los médicos de todo el país a responder preguntas. La Biblioteca de la Universidad Abgu Papazian de Armenia brinda la oportunidad de comunicarse con los bibliotecarios en forma remota, al igual que la Biblioteca Central de la Universidad Al Ameed (Irak).

En tanto, la Biblioteca de la Universidad de Nahrain (Irak) ha ampliado sus suscripciones a la biblioteca virtual nacional para garantizar que los estudiantes tengan acceso a ella y a tesis publicadas, al igual que la Biblioteca Central de la Universidad de Wasit y la biblioteca de la Universidad Al-Alamein en Iraq, que además han puesto más títulos a disposición de los lectores. La Universidad Diyala, y la Biblioteca Central de la Universidad Imam Al-Kadhum, en Irak, igual que otras, utilizan el correo electrónico para brindar acceso a los recursos y responder a las consultas de los estudiantes y también usan un servicio de mensajería. La Facultad Rabindra Sadan para mujeres en Assam, India, está haciendo lo mismo, pero a través de grupos de WhatsApp, dado que pueden trabajar mejor desde los teléfonos. Por último, la Biblioteca Al-rawdha-Al-haydari en Irak ha estado utilizando más su sitio web a los fines de promover recursos electrónicos, como lo ha hecho la Universidad Diyala, también en Irak, creando nuevas interfaces para brindar acceso a materiales.

El Consorcio de Bibliotecas de la Universidad de Anatolia (ANKOS) intensificó el intercambio de recursos entre sus miembros a través de un mismo portal, para acelerar el acceso a los recursos, y la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah, en Arabia Saudita, ha elaborado una serie de tutoriales sobre la mejor manera de utilizar el material de las bibliotecas. La Universidad Federal de Río de Janeiro está haciendo lo mismo, además de responder consultas a través de WhatsApp y videoconferencias.  Las bibliotecas académicas de todo el mundo ––por ejemplo en la Universidad de East West, Bangladés–– también han estado trabajado para reunir información sobre recursos gratuitos, al igual que un bibliotecario del Government Degree College de Jammu y Cachemira, India. La Biblioteca Central de la Universidad de Al Ameed (Irak) ha procurado fomentar la reflexión sobre COVID-19 y el rol de la tecnología a través de un seminario sobre el tema (disponible en YouTube), mientras que la biblioteca de la Universidad Mustansiriyah (Irak) mantiene un registro numérico del uso de su servicio de depósito de tesis digitales y de los seminarios web realizados por personal bibliotecario.

Algunas bibliotecas también están tratando de ayudar a posibles usuarios que aún no están registrados y a quienes no pueden inscribirse en persona. La Biblioteca Nacional de Estonia, por ejemplo, ha generado medios para brindar al público acceso a sus libros sin establecer ningún contacto, al igual que el Ministerio de Cultura de Turquía y las Bibliotecas de la ciudad de Montreal en Canadá, en el caso de las bibliotecas públicas, mientras que la Biblioteca Nacional de Marruecos también mantiene las inscripciones en línea. Las bibliotecas de Austria y Croacia ampliaron el acceso a los préstamos electrónicos para que alcance a toda la población, mientras que las bibliotecas en Irán acordaron reconocer las credenciales de otras instituciones para que las personas puedan usar la biblioteca más cercana. En Bélgica, la organización Cultuurconnect, que trabaja con bibliotecas, también ha abierto su contenido a usuarios no registrados, al igual que Booklist en Estados Unidos, que se dedica a las reseñas de libros y otros materiales.

En numerosos países, las bibliotecas ofrecen wifi gratis a sus usuarios como parte fundamental de sus servicios. En los Estados Unidos se ha convocado a las bibliotecas a dejar abierto el acceso a sus redes, de manera tal que los usuarios puedan utilizar internet desde sus vehículos si fuera necesario. En Estados Unidos, en el Condado de Topeka, existen bibliotecas móviles equipadas con rúters de wifi que visitan comunidades con baja conectividad. En lugares, las bibliotecas están operando con herramientas como la Banda Blanca (TV White Space), una tecnología que utiliza  parte del espectro de radio que no utilizan otros servicios para brindar wifi a distancia y conectar a las personas que no tienen conexión.  Esta puede ser una gran diferencia, para las personas que necesitan internet, por ejemplo, para aprender. Otras bibliotecas ofrecen acceso a suscripciones de Zoom para ayudar a los usuarios de las bibliotecas a mantenerse en contacto con sus amigos. Al hacerlo, algunas bibliotecas debieron abordar cuestiones relativas al acceso público a wifi subsidiado (aunque la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos presionó exitosamente para que, por el momento, se levanten dichas restricciones) o con cuestiones sobre salud pública por las personas que se reúnen en estacionamientos para vehículos.

El rol de las bibliotecas como guardianas del patrimonio histórico es más importante que nunca. Una publicación de Ithaka S+R destaca las diferentes iniciativas para recopilar y preservar materiales sobre la pandemia, mientras que el Consorcio Internacional para la Preservación de Internet procura coordinar esfuerzos. Además, la Universidad de Columbia ha lanzado un programa de almacenamiento de archivos, al igual que la Biblioteca Nacional de España, mientras que la Biblioteca Kingport de Tennessee y las Bibliotecas del Condado de Springfield en Illinois, Estados Unidos, y la Biblioteca del Estado de Victoria, en Australia, solicitaron a los miembros de la comunidad que compartan sus historias sobre COVID-19, y las bibliotecas en Huesca, España, por ejemplo, alientan a los niños a escribir historias sobre sus experiencias, hecho que a su vez los ayuda a enfrentar la presión que sienten. La Asociación de Bibliotecarios y Archivistas de Camerún está trabajando con la Universidad de Bamenda y el Ministro de Cultura para coordinar iniciativas nacionales de archivo con el fin de preservar las enseñanzas del presente.

Finalmente, el trabajo de las bibliotecas para apoyar la investigación continúa: por ejemplo, el Departamento de Ciencias de la Información de la Universidad de Kuwait dirige una investigación sobre la difusión de información referida a COVID-19 en redes sociales.

Con tanta oferta de servicios, las bibliotecas de numerosos países están en condiciones de trabajar con diarios, estaciones de radio y otros medios de comunicación a fin de crear conciencia sobre la situación.

Algunas actividades y servicios pueden resultar imposibles de ofrecer, por ejemplo cuando el personal no puede trasladarse a su lugar de trabajo para realizar tareas de preservación. En respuesta a ello, el Instituto Australiano para la Conservación del Material Cultural elaboró una guía, al igual que la Asociación Francesa de Bibliotecas del Patrimonio Cultural.

Recursos disponibles

Numerosas bibliotecas están observando un aumento del interés en los recursos digitales (como ha sucedido, por ejemplo, en el Reino Unido), lo cual ya ha generado, en algunos casos, que se reasignen prioridades a los recursos, pasando del material físico al digital. En Dinamarca, por ejemplo, se han ampliado las condiciones de los préstamos para permitir que los usuarios puedan acceder a más libros electrónicos al mismo tiempo. En Francia, una encuesta gubernamental señala que una mayor demanda de libros significa también la reasignación de presupuestos, pero que los desafíos permanecen en torno a los bloqueos digitales y a los límites de las editoriales al número de préstamos simultáneos. Las bibliotecas de Noruega trabajan en conjunto para ahorrar tiempo y evitar dificultades reuniendo sus recursos e información en un único sitio, de la misma forma que la República Checa y la Ciudad de México.

Resulta evidente que la posibilidad de usar los recursos en línea depende mucho de las condiciones de acceso.  Afortunadamente, numerosos editores y distribuidores han adoptado medidas útiles.  En el ámbito académico, muchos ofrecen acceso abierto a material relacionado con COVID-19. Otros permiten el acceso facilitando el registro de nuevos usuarios y el acceso a los materiales por fuera de las redes oficiales.

Se han recibido con beneplácito las medidas de grandes editoriales, como Macmillan y Penguin Random House, tendientes a facilitarles a las bibliotecas públicas la compra y el acceso a libros electrónicos para préstamos, y Audible está ofreciendo acceso a cientos de audiolibros. No obstante, el acceso abierto a material académico, especialmente sobre COVID-19, no siempre es tan universal como se afirma. Para obtener más información, ver más abajo la sección sobre socios de las bibliotecas. Específicamente en el sector bibliotecario, además de los ejemplos aportados más abajo en la sección sobre asociaciones, ENSSIB en Francia ofreció acceso abierto a sus recursos.

En ocasiones, las bibliotecas mismas han podido ofrecer un acceso más amplio, como lo ha hecho la Biblioteca Nacional y Archivo de Irán, que no solo ha puesto a disposición de los usuarios, en forma gratuita, la biblioteca nacional infantil, que cuenta con 28000 títulos, sino que también ha abierto su propia Biblioteca Digital, que anteriormente solo ofrecía datos bibliográficos. De esta manera, incrementó siete veces la cantidad de usuarios registrados, y duplicó holgadamente el tiempo de consultas en línea con investigadores.  La Biblioteca Nacional de Albania también se concentró en el desarrollo de su oferta  de material en línea, mientras que la Biblioteca Central de  Al Qadisiyah, Irak, ha puesto a disposición de los estudiantes una serie de materiales digitales en árabe e inglés de manera gratuita.

Otros proveedores de información, tales como Internet Archive, han puesto gran cantidad de material a disposición del público con menos restricciones para que estudiantes, investigadores y otras personas puedan acceder a esta información en estos tiempos difíciles, aunque debido a un recurso judicial presentado por ciertos editores, esta posibilidad quedará sin efecto pronto. Hathi Trust también permite que las bibliotecas presten copias digitalizadas de libros que tiene en su poder en formato impreso; aunque esto no sea posible en todo el mundo debido a la legislación sobre derechos de autor. 

Además, hay gran cantidad de recursos gratuitos disponibles con material educativo, en especial la biblioteca pública digital llamada Open Education Resources (OER) Commons, que brinda acceso a material con la curación de un equipo de bibliotecarios. La División de Educación de la UNESCO también proporciona vínculos a recursos educativos valiosos, y sus Archivos tienen una colección de grabaciones de sonido del pasado. Wikimedia ha creado un proyecto sobre COVID-19 para gestionar información sobre este tema (ver el seminario web), mientas que la Biblioteca Nacional de India desarrolló motores de búsqueda para recursos educativos de acceso abierto (OER, por sus siglas en inglés) destinados a investigadores y a niños y adolescentes.

En especial existen recursos para enseñar alfabetización mediática e informacional en línea. Esta es un área tradicionalmente fuerte para las bibliotecas y una capacidad muy necesaria en las circunstancias actuales. Un ejemplo son los cursos MOOC realizados en la plataforma de educación denominada Commonwealth of Learning. Muchas bibliotecas universitarias también están ampliando su oferta de capacitación en alfabetización informacional para ayudar a estudiantes que tengan que investigar en línea. Las bibliotecas en Hawai’i, en Loveland, Colorado, y en otros lugares de Estados Unidos también ofrecen cursos en línea de alfabetización informacional sobre la pandemia. A su vez, la Biblioteca e Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México celebra una serie de seminarios web sobre desinformación, exceso de información, acceso libre y COVID-19 (ver aquí y aquí), y está creando una listado de recursos de acceso libre sobre el tema, y la Universidad East-West, en Bangladés participó en eventos sobre esta cuestión. Las Bibliotecas de Malasia también están activas, creando conciencia sobre el rol de las bibliotecas en la lucha contra las noticias falsas y realizando estudios sobre el comportamiento relacionado con la búsqueda de información.

No obstante, es importante que todos los titulares de derechos de autor adopten medidas para garantizar que el acceso a la información con fines de investigación, educación y cultura pueda continuar de la mejor forma posible. Por ejemplo, en Brasil, el criterio adoptado por los titulares de derechos, junto con la falta de legislación apropiada sobre derecho de autor, trae como consecuencia que las bibliotecas no puedan ofrecer plataformas de libros digitales que no sean las de dominio público. En India hubo pedidos para que la atención se centrara en el acceso a la información. . Una encuesta realizada por la Conferencia de Directores de Bibliotecas Nacionales destacó que el cincuenta por ciento de las bibliotecas había tenido problemas para ofrecer acceso digital debido a cuestiones relacionadas con derechos de autor, conectividad y habilidades digitales del personal. Además, muchos editores se niegan a ofrecer acceso electrónico a sus obras, y algunos cobran precios mucho más elevados que los que se cobran por obras físicas. Algunas bibliotecas, como la de la Universidad de Guelph en Canadá están trabajando para poner de relieve estas cuestiones.

Algunas asociaciones y grupos, entre los que se encuentran la Coalición Internacional de Consorcios de Bibliotecas, LIBER, y la Asociación de Directores de Bibliotecas Universitarias de Francia han convocado a los editores para que faciliten el acceso a las obras, mientras que las bibliotecas italianas han presentado una petición en la que solicitaron profundizar los esfuerzos para ofrecer acceso a las obras, y las bibliotecas españolas han subrayado la necesidad de avanzar más rápidamente hacia el Acceso Abierto y JISC (Reino Unido) ha establecido algunas prácticas básicas que espera sean adoptadas por todos los editores y distribuidores. La IFLA, por su parte, ha liderado esfuerzos para alentar a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual a destacar de qué modo el acceso puede verse favorecido con leyes equilibradas de propiedad intelectual.

Las medidas tomadas por los editores están empezando a caducar por lo tanto urge que se tomen soluciones a más largo plazo. Como sostienen las Bibliotecas de Investigación del Reino Unido, el congelamiento de los precios puede no ser suficiente en un momento de caída presupuestaria, y además hay interrogantes sobre el funcionamiento de los mercados para los libros electrónicos y los libros de texto electrónicos.

Las asociaciones de bibliotecas y otros grupos están trabajando para garantizar un mejor acceso a los servicios. La Asociación de Bibliotecas e Información de Australia, Libraries Ireland, el Consorcio Finlandés de Bibliotecas Públicas y Te Aotearoa, Asociación de Bibliotecas e Información de Nueva Zelanda, han realizado acuerdos con editores y autores nacionales para garantizar que las bibliotecas públicas puedan ofrecer la hora del cuento en línea sin la preocupación de infringir los derechos de autor. Los editores de Canadá, siguiendo las indicaciones de las bibliotecas, también las han eximido del pago de los derechos sobre sus licencias.

En otros lugares, en Estados Unidos, Canadá (tanto para una guía de trato justo como para la hora del cuento en línea), Australia y el Reino Unido actualmente existen pautas útiles sobre lo que está permitido conforme a la legislación sobre derechos de autor. En Hungría, se realizaron modificaciones a la ley sobre derechos de autor para permitir el acceso digital.

Por último, y frente a la necesidad de invertir en nuevos contenidos y servicios para ayudar a los usuarios, la Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos ha trabajado exitosamente para que las bibliotecas sean incluidas en el paquete de estímulo económico anunciado por el gobierno de ese país. Además, algunos aportantes de fondos para bibliotecas, como IMLS en Estados Unidos, ofrecen a sus beneficiarios una mayor flexibilidad en los casos en los que no han podido continuar con proyectos anteriores debido a la pandemia de COVID-19. Tanto en Barcelona como en Québec se han incrementado los presupuestos de las bibliotecas destinados a adquisiciones con el fin de apoyar a las librerías locales y ampliar las colecciones bibliotecarias.

Manejo del trabajo remoto

Con el cierre de las oficinas de las bibliotecas y las asociaciones de bibliotecas, cuando cuentan con este espacio, el sector bibliotecario se enfrenta al desafío de gestionar con eficacia el trabajo remoto.

Claramente, la mejor situación tiene lugar cuando es posible planificar por adelantado, garantizando que todo el personal tenga las herramientas y la capacitación necesarias para trabajar con eficacia y seguridad desde su casa. Al ser muchas las personas que se encuentran en la misma situación, ya hay una gran cantidad de material disponible en internet. Se presta especial atención a tratar de mantener un contacto fluido, un buen estado de ánimo y también a la motivación. No obstante, frente a la incertidumbre respecto de la duración de las restricciones, es importante contar con planes para lidiar con las consecuencias que puedan presentarse a más largo plazo. El contacto estrecho entre bibliotecas dentro de una red puede ser beneficioso, al igual que el contacto con proveedores externos, especialmente ante una posible reapertura, como sucedió en Hong Kong. De manera similar, en Malasia, durante la pandemia se crearon grupos de Facebook y foros virtuales para que las personas compartan información y aprendan.

Algunas asociaciones apoyan los esfuerzos para compartir ideas sobre cómo hacerlo de manera más efectiva, por ejemplo, en Estados Unidos ––ver especialmente el seminario web sobre el tema––, o en América Latina o en el Estado de Karnataka en India; junto con reflexiones sobre la mejor forma de prestar servicios a los usuarios en general. La organización Blue Shield Australia también brinda ideas útiles sobre cómo continuar las actividades de conservación durante la cuarentena, y la Biblioteca Al Abbas Holy Shrine en Irak aportó videos (aquí y aquí) para ayudar al personal a comprender cómo trabajar mejor en forma remota, mientras que la biblioteca de la Universidad Al Iraqi ha alentado al personal para que participe en cursos de capacitación y otras actividades en línea.

Las asociaciones de bibliotecas también están analizando la manera de continuar trabajando para apoyar a sus miembros. La Asociación de Bibliotecas de Letonia comenzó a realizar conferencias en línea además de una serie de encuentros virtuales y una campaña en las redes sociales. La Asociación de Bibliotecas e Información de Nueva Zelanda Te Aotearoa ha preparado sesiones informativas virtuales para bibliotecarios, al igual que la Asociación de Bibliotecas e Información de Australia. La Biblioteca de Alejandría, en Egipto, elaboró una serie de videos en los que profesionales de la información comparten sus experiencias, y la Asociación de Bibliotecarios y Archivistas de Camerún ha utilizado grupos de WhatsApp para compartir perspectivas y definir prioridades de cara al futuro.

En Francia, la ENSSIB, ofrece una serie de seminarios web sobre distintos aspectos del impacto de la crisis en las bibliotecas (con resúmenes traducidos ahora disponibles en inglés), al igual que la Asociación Científica y Técnica Al Ameed en Irak y Bibliotecarios de I.D.E.A.S en Malasia que aprovechó la oportunidad de intercambiar experiencias nacionales e internacionales en apoyo de las bibliotecas de su país. La Biblioteca Central de la Universidad de Bagdad, Irak, lanzó una nueva publicación educativa, Eco del Conocimiento, la primera edición está focalizada en la enfermedad COVID-19, mientras la Fundación Biblioteca Pública Al-Jawadain dependiente de Sayed Hibat El-Din Al-Husaini Al-Shahristani también dictó un seminario web sobre prevención y respuesta a la pandemia y sus consecuencias.

En Europa Bibliotecas Públicas 2030 está trabajando con la facultad de Bibliotecología  y Ciencias de la Información de la Universidad de Carolina del Sur con el propósito de compartir material de capacitación, como la Federación de Asociaciones de Bibliotecas de Ciencias de la Salud de India (que trabaja con la Asociación de Bibliotecas de Karnataka) en la capacitación de sus miembros. La Asociación de Bibliotecas Danesas está dictando cursos sobre diseño creativo para bibliotecas, la Asociación de Bibliotecas de Austria ha transformado a modo virtual su oferta de cursos presenciales de desarrollo profesional, y la Biblioteca Central de la Universidad Imam Al-Kadhum ha preparado un taller de capacitación para las sucursales de bibliotecas con la colaboración del Departamento de Sistemas e Indización Automatizada.

La Biblioteca Nacional de India continuó brindando apoyo a sus pasantes con una serie de seminarios web, mientras que la red de bibliotecas públicas Misr, en Egipto, utilizó el tiempo para continuar trabajando en expandirse hacia nuevas zonas del país. El Sistema Nacional de Bibliotecas e Información de Trinidad y Tobago también ha puesto en marcha una iniciativa  para fomentar las actividades conjuntas entre el personal lo cual ha aumentado el entusiasmo y el sentido de pertenencia. Para obtener más información, ver más abajo la sección sobre asociaciones de bibliotecas.

Reasignación de recursos de las bibliotecas

En aquellos lugares donde las bibliotecas han cerrado y ha disminuido la demanda de determinados servicios, su personal se ha mantenido activo adaptándose a otras funciones. En Irlanda, por ejemplo, el personal de las bibliotecas ha sido reasignado para colaborar con la trazabilidad de contactos (y los bibliotecarios de San Francisco se ofrecieron como voluntarios para hacer esta tarea), y en Trinec (República Checa), ha asumido otras funciones en forma temporaria, mientras que el personal de la biblioteca de la Universidad Tulane ha participado en esfuerzos para que la Organización Mundial de la Salud reciba el material científico más reciente.

En el Reino Unido, muchos bibliotecarios han comenzado a trabajar en centros de contacto para personas aisladas, ayudando a que quienes suelen estar en mayor riesgo puedan mantener contacto con el mundo exterior, lo mismo sucede en Auckland, Nueva Zealanda, y Newmarket, Canadá. En otros lugares, los bibliotecarios se han ofrecido como voluntarios para realizar iniciativas con la comunidad. En México, los bibliotecarios están trabajando para mejorar la calidad de los artículos de Wikipedia sobre personas pertenecientes a grupos subrepresentados. En el sitio web Public Libraries News puede encontrarse un listado con otras iniciativas de trabajo alternativo de bibliotecarios en Inglaterra. En el ámbito local, en Nepal, los centros bibliotecarios READ han sido el mejor lugar para reunirse y compartir información sobre la situación local con el fin de garantizar una respuesta eficaz por parte del gobierno.

En Kansas, las computadoras portátiles y los accesos inalámbricos a wifi de la biblioteca se pusieron a disposición de los centros para personas sin techo, dado el creciente número de personas que pierden su hogar. En tanto la biblioteca Toledo, Ohio, ha donado sus vehículos; la biblioteca Edmonton, Canadá, su equipamiento; y la Richland Library, South Carolina, comparte sus dosificadores de alcohol en gel. La biblioteca de South Pasadena, en Colorado, instaló un baño portátil y una estación para el lavado de manos en el estacionamiento vehicular.

Además, la Biblioteca Richland está tratando de brindar recursos clave a las personas que pierdan su empleo, al igual que la biblioteca pública de Indianápolis. Por su parte, la Biblioteca del Condado de St. Louis ofrece viandas de comida para los niños que se retiran desde el vehículo. Lo mismo ofrece la Biblioteca Pública de Cincinnati, y algunas bibliotecas públicas de Toronto funcionan como bancos de alimentos. Las bibliotecas en Yarra, Australia, y Monash, Australia, entregan alimentos a familias vulnerables y personas sin hogar, mientras que los centros READ del sur de Asia están ofreciendo raciones de alimentos y mascarillas, y siguen promoviendo los servicios ambulatorios de vacunación, como por ejemplo en Nepal. En tanto, la Biblioteca Pública de Toronto se unió a los festejos anuales de la ciudad por el Día de los Recién Llegados para dar la bienvenida a inmigrantes, refugiados y nuevos habitantes de Toronto y brindarles acceso a la información y los servicios, mientras que los centros READ de Nepal han ofrecido asistencia a los trabajadores migrantes varados.

Entretanto, las bibliotecas escolares de la Ciudad de Oklahoma están entregando libros a los niños para ayudarlos a transcurrir el tiempo en cuarentena —como lo hacen algunas bibliotecas públicas de Malasia—, y en las pautas Walloon se resalta la posibilidad de que las escuelas tengan acceso a las colecciones de las bibliotecas, al menos hasta su reapertura. La biblioteca de la Universidad de Penn State está facilitando laptops y otros equipos a estudiantes que los necesitan para poder seguir estudiando desde sus casas, al igual que la biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UPM, en España.

También se readaptaron los espacios y el equipamiento de las bibliotecas. En San Francisco las bibliotecas se están utilizando como instalaciones para el cuidado de los hijos de trabajadores esenciales y la Biblioteca Loussac en Anchorage, Alaska, actúa como un centro para la coordinación de emergencias, mientras que en Spokane, Oregon, la biblioteca se ha transformado en un centro para indigentes, y en San Luis Obispo, California, la playa de estacionamiento de la biblioteca se ofrece como un sitio seguro para aquellas personas forzadas a vivir en sus vehículos. En Oakland, los buzones para la devolución de libros se están utilizando para juntar las mascarillas que ya no se utilizan. En la ciudad de Kansas, la biblioteca se convirtió en centro de pruebas para detección de COVID-19.

En Lituania, gracias a la cooperación entre la Biblioteca Nacional y la Facultad de Robótica, se están utilizando las impresoras 3D de la biblioteca para imprimir equipos de protección 3D y elementos tales como picaportes. Las bibliotecas de Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Francia, Malasia y Portugal están haciendo lo mismo, mientras que la Columbia University comparte los diseños aprobados para los equipos de protección, de modo que quien posea una impresora 3D tenga la posibilidad de ayudar. Las áreas de preservación de las bibliotecas estadounidenses están donando el equipamiento existente. En la Valpattanam GP Library, India, el personal recolectó mascarillas de tela hechas por particulares para luego distribuirlas.

¡Pero no nos olvidemos de los libros! La propuesta para suscribirse a “cajas misteriosas” de material bibliográfico realizada por la Biblioteca del Estado de Australia Occidental se vio sobrepasada rápidamente, y la Biblioteca de la Ciudad de Kansas ha estado entregando bolsas con libros en zonas carenciadas. De igual modo, en Montevideo, Uruguay, las bibliotecas públicas han creado un servicio de libros itinerante que recorre en particular comedores y otros lugares donde pueden prestar libros a personas en situaciones de vulnerabilidad.   

COVID-19 and libraries: bookshelves in a library

Reapertura de las bibliotecas

Las acciones para la reapertura de las bibliotecas van en aumento en la medida que los países desean levantar las restricciones más generales. En el caso de las escuelas, en ocasiones la biblioteca permanece cerrada, aun cuando las clases hayan recomenzado (así sucede en Logumkloster, Dinamarca). Por supuesto, las decisiones deberán basarse en la evaluación general del riesgo por parte de las autoridades. Las pautas de la Asociación de Bibliotecas de Japón sugieren un proceso de cuatro etapas que conste, por ejemplo, de analizar riesgos en las superficies, los contactos estrechos con personas, la forma en que las personas utilizan las bibliotecas, y el nivel general de infectados en la región. Las pautas de Libraries Connected (Reino Unido) también incluyen un análisis profundo sobre cómo evaluar los riesgos.

Según el enfoque nacional, los directores de bibliotecas tendrán más o menos libertad para decidir si abren o no sus instituciones.  En los casos en que tengan más libertad, será importante que cuenten con pautas e instrucciones adecuadas. En otros casos, las condiciones son más estrictas, como por ejemplo en los Países Bajos, donde la reapertura está condicionada al cumplimiento de un conjunto de protocolos estipulados por las autoridades de la biblioteca.  En la Biblioteca Midlothian, Illinois, las pautas establecen condiciones que deben ponerse en práctica antes de avanzar a una nueva fase, mientras la Biblioteca Oak Park, Illinois, estipula tareas en forma similar. La Biblioteca Nacional de China, antes de pasar de una fase a otra, realizó ensayos con el personal para probar sus planes.

Hasta el momento, la mayoría de los ejemplos se basan en un enfoque por fases: los servicios, actividades y sectores de las bibliotecas se van reabriendo a medida que ello puede suceder de manera segura. Algunas bibliotecas asocian el paso de una fase a otra con los avances en el manejo de la pandemia, mientras que otras son más cautas al establecer fechas. Como señaló la Asociación de Bibliotecas e Información de Australia, un enfoque útil es comenzar por evaluar el riesgo, luego desarrollar planes y finalmente establecer plazos para reiniciar diferentes servicios.  Por supuesto, también puede suceder que las organizaciones asociadas aún no se encuentren abiertas, lo cual también tendrá un impacto considerable.

En términos generales, el sector bibliotecario ha advertido que podría ser perjudicial apresurarse a reabrir las instalaciones físicas. Aun cuando otros servicios se hubieran reanudado u otras instalaciones hubieran reabierto, la naturaleza específica de los servicios bibliotecarios hace que las bibliotecas no sean aptas para la reapertura hasta que la situación haya mejorado, según se indica en las pautas flamencas (Bélgica) del 9 de junio. Ya ha habido casos de bibliotecas que tuvieron necesidad de volver a cerrar luego de la reapertura, antes de que se pudieran normalizar tanto el nivel general del virus en la comunidad como los procedimientos.

Además, dada la incertidumbre sobre la forma en que se desarrollará la situación, es posible que posteriormente sea necesario implementar medidas más estrictas, de modo que debería tenerse en cuenta la posibilidad de volver a cerrar (de hecho, West Virginia recomienda continuar con el trabajo remoto por lo menos una vez por semana para no perder este nuevo hábito). Al final de esta sección Ud. podrá encontrar una guía de planes ya establecidos.

Limitación de la cantidad de personas presentes en las bibliotecas

Una de las medidas que se está aplicando para reducir el riesgo es limitar el número de personas presentes al mismo tiempo en la biblioteca. Esto facilita el cumplimiento del distanciamiento social. En Macao (China) las bibliotecas públicas emplean un sistema de ingreso con entradas para limitar el número de personas en la biblioteca, un paso también dado en Hong Kong (China) durante la reciente fase de reapertura. La Biblioteca Nacional de Serbia, en su primera fase de reapertura, permitió solo 5 personas en su sala de lectura, mientras que algunas bibliotecas escolares en Ginebra que han abierto solo permiten un alumno por vez. La Biblioteca Nacional de Croacia estableció un límite de 200 personas, con una aplicación disponible que permite a las personas que desean hacer uso de la biblioteca, comprobar si hay lugares disponibles, y la Biblioteca Estatal Rusa planea establecer un límite de 100-150 personas, también con cita previa. En tanto, en Guangzhou, China, la cantidad de personas se ha establecido como un porcentaje de la cantidad habitual de usuarios.

En la Biblioteca Principal de Tokio (que forma parte de la Biblioteca Nacional de la Dieta de Japón), por el momento, solo se está permitiendo el acceso a investigadores previamente registrados, en lugar de emitir pases diarios, al igual que la Biblioteca Nacional de Francia durante su primera fase de reapertura. De manera similar, la Biblioteca Nacional de Irlanda planea comenzar a emitir pases para lectores que concurran a las bibliotecas recién a partir del 20 de julio. 

Para la Biblioteca Nacional de Luxemburgo, la cantidad de personas que pueden ingresar a su sede también aumentará a medida que disminuya el nivel de amenaza.

Con el propósito de que más usuarios puedan acceder a la biblioteca, las personas podrán hacer solo 3 reservas por semana, sujetas a la disponibilidad de espacio, y también se limitará a 10 ejemplares el número de libros que pueden reservarse en cada visita. La Biblioteca Nacional de Luxemburgo también ha fijado cuántos ejemplares de diferentes tipos de colecciones pueden reservarse en cada oportunidad.

Hacer hincapié en la promoción (o la obligatoriedad) del  pedido anticipado de materiales es un interés común que permitirá a las bibliotecas (incluidas las bibliotecas nacionales) estar preparadas cuando lleguen los lectores, de manera de evitar demoras o búsquedas apresuradas como, por ejemplo, en Irlanda, donde incluso se entregarán libros en un mostrador previamente asignado.

Las bibliotecas públicas de Ginebra, Suiza, así como la Biblioteca de Shanghái, China , y la Biblioteca Fuehuki en Japón están implementando un sistema de reserva en las salas de lectura (en China hay opciones tanto a través de WeChat como por teléfono para los lectores que no se sienten cómodos con el uso de las redes sociales) y lo mismo recomiendan las pautas flamencas (Bélgica). Las bibliotecas de Milán están desarrollando una aplicación para facilitar la reserva de visitas. La Biblioteca Principal de Tokio (que forma parte de la Biblioteca Nacional de la Dieta de Japón) asigna espacios por sorteo, mientras la Biblioteca Nacional de Francia fomenta que antes de concurrir los usuarios consulten una aplicación que permite saber qué cantidad de personas que se encuentra en la biblioteca ates de visitarla.

El sistema de bibliotecas holandés recomienda la colocación de canastos o bolsas (que también sirven como “tickets de ingreso” facilitando el control del número máximo de personas), otros sugieren diversos métodos que implican menos desinfección.  Los holandeses también sugirieron que grupos de no más de dos personas puedan ingresar a una biblioteca a la vez, igual que los estonios, quienes sugirieron una regla de 2+2 con grupos que no superen las dos personas y una separación mínima de 2m. La Biblioteca Pública de Liechtenstein propone utilizar un sistema automático con señales de “pare” y “siga” según la cantidad de espacio que haya en la biblioteca.

Dado que el número de personas que desean utilizar la biblioteca puede ser incierto (desde una pequeña cantidad inicial en un ejemplo finlandés hasta suscripciones que sobrepasan la cantidad permitida en Shizuoka/Namazu, Japón), otras sugerencias analizan la posibilidad de reservar la visita por adelantado para administrar el número de personas que ingresa por vez a la biblioteca, una práctica implementada por la Biblioteca Nacional de Alemania y la Biblioteca Nacional de China. De manera similar, es posible acceder a otros servicios que prestan las bibliotecas, como impresiones, escaneo u otros, solo mediante una reserva, como se propone en West Virginia, o se alienta el uso de impresiones digitales desde dispositivos móviles, como en la Biblioteca Nacional de Portugal.

A los fines de permitir que más personas puedan acudir a las instituciones, el Consejo de Bibliotecas de la República Checa sugirió que una opción también podría ser limitar el tiempo de permanencia en la biblioteca, opinión de la que se hacen eco otras pautas brindadas. Hong Kong (China) también prevé una reapertura por períodos de no más de una hora (seguidos de recesos cortos) con el fin de limitar la permanencia, y Shanghái también establece el límite de 1 h de permanencia, al igual que la Biblioteca Nacional de Malta.

Otras opciones en consideración en Chicago, Estados Unidos, incluyen por ejemplo, brindar servicios en el exterior del edificio, cuando fuera posible, y limitar determinados horarios de apertura para ciertos grupos, como los usuarios mayores (una idea que también analizan los checos). La idea de dar prioridad a los grupos vulnerables también aparece en las pautas oficiales de Portugal (y, en el Reino Unido, en las pautas de Libraries Connected), resaltando la necesidad de ayudar a las personas que no poseen acceso a internet en sus casas. Ambas cuestiones también se destacan en las pautas de Bélgica. Además las bibliotecas podrían verse en la necesidad de contar con equipos de protección personal cuando sea necesario estar cerca de otra persona para asistirla, como en Japón. La Biblioteca Nacional de Irlanda, por ejemplo, solo permite que los grupos particularmente afectados por la COVID-19 visiten sus exhibiciones durante las dos primeras semanas posteriores a la apertura. Otras bibliotecas, como la Biblioteca Nacional de Catar, han optado por establecer restricciones de edad mínima y máxima, con el fin de minimizar los riesgos tanto para los usuarios como para el personal.

En otros lugares, cuando el diseño de los edificios de las bibliotecas no permite el distanciamiento social, los gobiernos cerraron las bibliotecas hasta que disminuya el nivel del riesgo general. Por ejemplo, la Biblioteca Nacional de las Países Bajos ofrece el servicio denominado “haz clic y retira tu libro” (click-and-collect) además de reproducciones de material valioso. Lo mismo puede aplicarse a las bibliotecas móviles o a las bibliotecas centrales con más visitantes, tal como sugieren las pautas francesas y aquellas recientemente adoptadas por la Biblioteca Pública de Vancouver. En Corea, algunas bibliotecas han utilizado lockers remotos que permiten acceso a ellos sin tener contacto personal, al igual que la biblioteca de la Universidad de Tartu, Estonia.  

También se realizan esfuerzos para reducir la necesidad de concurrir a las bibliotecas. Por ejemplo, Macao (China) buscó lograr este objetivo extendiendo los plazos de los préstamos e instando a las personas a utilizar los servicios en línea en la mayor medida posible (también en la Biblioteca Universitaria). Hong Kong (China) también autorizó renovaciones sin límite y anuló las multas en sus bibliotecas académicas, mientras que la biblioteca pública de Guangzhou (China) ha aumentado la cantidad de veces que se pueden hacer renovaciones en línea.

Otras bibliotecas planean brindar servicios digitales al menos durante los próximos meses, o mantener o retomar los servicios de entrega a domicilio, como en Francia, u ofrecer a los usuarios horarios específicos en los que pueden trasladarse hasta la biblioteca para retirar libros, como en Ginebra, Suiza, o a través del uso de catálogos de la biblioteca desde las aulas (más espaciosas) como propone el Reino Unido. De hecho, las pautas flamencas resaltan con firmeza la importancia de continuar innovando en el servicio en línea, en especial anticipándose a los clubes de lectura de verano que necesitan adaptarse a la nueva situación.  En especial para los grupos de riesgo podría ser conveniente mantener los servicios remotos por algún tiempo, tal como lo indican las Pautas Noruegas. La Biblioteca Pública de Liechtenstein también ha reducido el costo de su servicio de envío por correo para alentar a las personas a seguir utilizándolo en lugar de concurrir a la biblioteca.

Calcular la cantidad de personas es un tema todavía en discusión. Muchas bibliotecas han procurado seguir la pauta que se dio para el sector minorista, si bien esta pauta también varía, y puede ir desde 20m2 por persona en Irlanda, Portugal y Eslovenia; a 15m2 en Polonia y Bélgica; 12,6m2 en el Reino Unido; 10m2 en República Checa y Austria; 10m2 para los adultos y 5m2 para los niños en los Países Bajos; 4 m2 en Australia, Catar, Estonia, Francia y Rumania, 3m2 en México y un máximo de 15 personas por cada 100m2 en Croacia. Sin embargo, algunas de estas restricciones han comenzado a levantarse. Los Países Bajos levantaron las restricciones respecto de la cantidad de personas en edificios a partir del 1 de julio, mientras que la Biblioteca Nacional de China estableció una cantidad máxima variable, en función de la situación sanitaria general.

Puede suceder que las bibliotecas deban responder a solicitudes gubernamentales de información para facilitar la trazabilidad de contactos, por ejemplo la Biblioteca Nacional de Croacia y la Biblioteca del Congreso de Argentina miden la temperatura de los concurrentes y el tiempo transcurrido en la biblioteca. Las pautas elaboradas por Libraries Connected (Reino Unido) también recomiendan la recopilación de registros de los usuarios y la conservación de estos datos durante 21 días.

En relación con esto, podrían surgir cuestiones con respecto a la privacidad, como resalta el Comité de Libertad Intelectual de la Asociación de Bibliotecas de Japón. El Comité de Libertad Intelectual de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos elaboró pautas sobre los aspectos relevantes de la reapertura y las medidas que pueden ser propuestas como parte de la trazabilidad de contactos u otros elementos relacionados con los esfuerzos de respuestas a la pandemia. En forma similar, la CILIP (Reino Unido) ha preparado una recomendación, en la que destaca que ningún plan que se implemente debe ser un obstáculo para que las personas usen las bibliotecas, ni afectar a los grupos marginales o sujetos a protección, ni infringir el derecho a la privacidad. Además, los datos deben mantenerse separados de otros datos recopilados, gestionarse con capacidad suficiente (incluso para borrar datos), y se debe aclarar el estatus de los voluntarios.

Limitación de la concentración de usuarios

Otro paso que están dando algunas bibliotecas es la limitación de la cantidad de sectores abiertos al público. Incluso si, en teoría, hay espacio suficiente para que las personas respeten el distanciamiento social, el uso de ciertas instalaciones puede resultar complicado, como destaca la guía publicada por las asociaciones de bibliotecas de Francia (ver más abajo).

Nuevamente, este paso se dio en Hong Kong (China), así como también en Macao (China), donde se mantuvieron cerradas algunas áreas (salas de lectura infantil, salas de reuniones, áreas de estudio personal). El Consejo de Bibliotecas de la República Checa también recomendó limitar potencialmente los servicios simplemente a préstamos, por lo menos al principio, y algunas bibliotecas escolares de Ginebra están haciendo lo mismo. Las bibliotecas holandesas, en cambio, planean la apertura para grupos de niños, pero no cuando la biblioteca se encuentre abierta a otros usuarios, y organizar puntos de reunión fuera de las instalaciones.  

Además, entre las formas de limitar el tiempo que las personas pasan cerca unas de otras, se incluye la eliminación de mobiliario (para garantizar que las personas se sienten más separadas), permitiendo solo una mesa por usuario (como en las bibliotecas escolares de Ginebra), disponiendo que algunos muebles no se pueden utilizar, como en Taipei, China, o asignando lugares específicos para los usuarios como en la Biblioteca Nacional de Croacia.

En tanto, la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah en Arabia Saudita utiliza la herramienta Libcal y tecnología de reconocimiento facial, limitando así el contacto humano.  En Suecia, solo puede usarse una de cada dos computadoras, y se redujo el plazo para su uso. Otros buscan aumentar el espacio entre las computadoras, por ejemplo, distribuyendo las computadoras en diferentes espacios del edificio para adelantarse a la demanda de uso (así se hace en Topeka, Kansas) o intentarán reservar su uso para aquellos que no tienen conexión a internet en sus hogares (como en Bélgica).    

Otras medidas incluyen mantener cerradas las áreas destinadas a la socialización (como se ha propuesto en Francia), las cafeterías (como en Austria), los rincones de juego (como en los Países Bajos), las áreas de visualización para destacar “libros de la semana” (con riesgo de manipulación por varias personas) (como en Flandes), o reorganizar los espacios para que las personas no tengan que sentarse o pararse frente a frente (como en la Universidad de Macao). En otros lugares se están implementando sistemas de una sola vía (incluyendo varias “rutas” para el personal y los usuarios, como en Portugal) quitando objetos, y fomentando las entradas y salidas separadas cuando ello sea posible, como en Alemania.

Existen diferentes enfoques con respecto al acceso a los libros, algunos sugieren permitirlo, pero recomiendan no tocar los libros que los usuarios definitivamente van a pedir en préstamo (como en los Países Bajos).  De hecho, las bibliotecas federales en Estados Unidos estaban divididas prácticamente en partes iguales respecto del tema de permitir o no el acceso a los anaqueles. La mayoría planea que las estanterías queden fuera de acceso al público en un primer paso, y solo permitir que los bibliotecarios mismos busquen las obras (como en Eslovenia, Portugal y Rusia). Las pautas danesas resaltan la importancia de evitar la apertura de las bibliotecas sin personal, dadas las dificultades para hacer cumplir las normas.

Ya existen esfuerzos interesantes de proveedores de servicios y arquitectos para adaptar los espacios con el fin de que sean más seguros y acogedores, como el proyecto de Espacios Seguros ante la COVID-19  así como una reflexión más amplia de cómo debe evolucionar el diseño general de las bibliotecas a fin de adaptarse al futuro post-COVID.

Organización de eventos y actividades

En los países en los que la reapertura está más avanzada, ya están planificando cómo volver a realizar eventos. En una mayor medida, esto ha sido posible debido a la disminución de los índices de infectados y, en algunas áreas, también a la ausencia de infectados.

En Austria, por ejemplo, ya es posible realizar eventos de hasta 100 participantes en lugares cerrados, y desde el 1 de julio, el límite aumentará a 250 personas en lugares cerrados y 500 personas en lugares abiertos. En estas situaciones, las normas sobre distanciamiento social (1m) siguen en vigencia, excepto para aquellas personas que viven juntas (grupos de hasta cuatro personas) al igual que la obligación de usar máscaras de protección cuando entran y salen, así como durante los eventos cuando no fuera posible mantener distancia.

Las pautas eslovacas también permiten la realización de eventos de hasta 100 personas, pero con 2m de distancia entre los participantes que no viven en el mismo hogar, y además se les provee guantes. Las pautas flamencas, por ahora, recomiendan grupos solo de hasta 20 personas, y únicamente si se puede mantener la distancia social, y se planea una mayor flexibilización desde el 1 de julio, pero los grandes eventos están prohibidos hasta el 1 de septiembre.

Una opción, cuando el clima lo permita, puede ser realizar eventos al aire libre donde los riesgos son más bajos, como sugieren las pautas checas y las pautas emitidas por la Biblioteca Nacional de Polonia, si bien en este último caso todavía se fija un límite de 150 personas.

Cuando se organizan eventos, las pautas de la Biblioteca Nacional de Polonia destacan la necesidad de una capacitación completa para el personal y los voluntarios, y una planificación rápida si alguien presentara síntomas. En línea con las pautas del Ministerio, se aconseja mantener una distancia segura entre los participantes, y manejar cuidadosamente las entradas y salidas. En tanto, en Birmania, las clases de idiomas locales y cocina han comenzado nuevamente, aunque con más precauciones para garantizar la seguridad y mantener la distancia.

También se han adoptado algunas medidas para establecer la viabilidad de ofrecer capacitación. Las pautas flamencas (Bélgica) sugieren que algunos cursos pueden reanudarse a partir del 1 de julio pero solo aquellos que no pudieron ofrecerse de manera remota, y cuya finalización sea inminente. Puede ser mejor, tal como lo señalan las pautas flamencas, apoyar las iniciativas ya lanzadas por otros. Las pautas polacas oficiales sugieren lo mismo, y además establecen límites estrictos a la cantidad de personas que pueden permanecer en un espacio de aprendizaje artístico y un mayor cuidado de los materiales. La Biblioteca Nacional de Francia planea reanudar sus sesiones para hablantes de otros idiomas, con un límite de 8 personas, la semana posterior a la reapertura al público. Las pautas de Libraries Connected (Reino Unido) también incluyen un anexo con una lista de consideraciones para eventos.

COVID-19 and libraries: cleaning surfaces

Promoción de las medidas de higiene

Durante la pandemia, la importancia de mantener altos niveles de higiene es un tema clave, por ejemplo, garantizar que el personal cuente con la posibilidad de lavarse las manos frecuentemente, de acceder a elementos como guantes y barbijos, y que haya alcohol en gel en el ingreso (y potencialmente cerca de equipos como las computadoras). Particularmente, se sigue recomendando el lavado frecuente de manos por parte del personal (antes y después del contacto con el material), así como la provisión de cestos de basura para pañuelos descartables u otros materiales posiblemente contaminados (los cestos con pedal podrían ser ideales, como sugieren las pautas flamencas).  Como lo indican las pautas andaluzas, podría ser necesario contratar más personal de limpieza o extender sus turnos, especialmente para identificar las superficies de mayor riesgo y prestarles la debida atención.

Macao (China) implementó normas estrictas sobre uso de mascarillas para los usuarios, además de tomarles la temperatura al ingresar a las bibliotecas, y exigirles una declaración de salud, una medida que se está considerando en Estados Unidos y ya es obligatoria en Sudáfrica, pero que deberá reflejar también las normas culturales. En las bibliotecas académicas de Hong Kong (China), los usuarios también están sujetos a controles de temperatura y al uso obligatorio de mascarillas. En otros sitios, las pautas de la Asociación de Bibliotecas de Japón proponen a quienes tengan síntomas de la enfermedad que utilicen los servicios remotos. Lo mismo se aplica a aquellos que viven con personas con síntomas o que han visitado zonas de alto riesgo recientemente. La Biblioteca Nacional de China ha dispuesto áreas de aislamiento para que los usuarios con temperatura alta que deseen ingresar a la biblioteca puedan ser examinados más rápidamente.

En el caso de actividades que requieran contacto directo —como asistencia en el uso de computadoras, cuando esté permitido— se deben realizar esfuerzos para mantener la distancia.  La Universidad del Espíritu Santo de Kaslik (Líbano) ha recomendado que tanto los usuarios como el personal usen barbijos. 

Algunas bibliotecas han profundizado los esfuerzos por fomentar el uso de opciones automáticas, como máquinas de autoservicio, tendientes a limitar el contacto, mientras que a las bibliotecas urbanas canadienses se les ha aconsejado preparar estas máquinas para que puedan funcionar sin contacto. Otras bibliotecas están acondicionando espacios para ubicar libros sin interacción entre las personas, como en Australia, o retirando desde el vehículo o en la acera (como en la Universidad Nacional de Croacia). La Biblioteca Pública Billerica, en Massachusetts, ha desarrollado un protocolo para ello, que comparte con los usuarios, igual que la Biblioteca Pública Scappoose, en Oregon. La Biblioteca Pública de Guangzhou, China, ha instalado cinco máquinas de autoservicio para la desinfección de libros.

Cuando esto no es posible, algunas bibliotecas están instalando pantallas para protección de los usuarios, los bibliotecarios y los profesionales de la información. De manera similar, cuando sea necesario realizar pagos por servicios se recomienda el uso de métodos de pago sin contacto directo, como en Suiza, o simplemente se anula el cobro de tarifas como las de impresión de material. Sin embargo, podría ser importante analizar medidas para evitar excluir a los grupos vulnerables sin acceso a tarjetas, como señalan las pautas canadienses. En forma similar, las pautas de Libraries Connected (Reino Unido) incluyen consideraciones sobre igualdad en sus planes de reapertura.

En Helsingborg, Suecia, el personal utiliza punteros indicadores para señalar cuáles computadoras pueden utilizar los visitantes, mientras que en Portugal se recomienda dejar las puertas abiertas en la medida de lo posible para evitar tener que abrirlas con cada usuario.

Algunos pasos adicionales incluyen el cierre de baños (como en la República Checa), restringir su uso o intensificar los esquemas de limpieza, el cierre completo de la biblioteca por períodos breves a lo largo del día para realizar tareas de limpieza (como en Macao, China, Eslovaquia, la Biblioteca de la Universidad Nacional de Croacia o la Biblioteca Nacional de Catar), o una vez para una limpieza profunda (como en Alberta, Canadá), y cronogramas de limpieza regulares, especialmente de superficies con las que se tiene contacto regular. Verificar cuáles son las superficies de mayor riesgo podría resultar de utilidad, como se hizo en la Biblioteca Nacional de China. En algunos casos, puede ser posible adaptar sectores de salas de lectura para permitir un acceso seguro, como propuso en un principio la Biblioteca Nacional de Luxemburgo.

El acceso a materiales que se tocan con frecuencia, como las revistas y los periódicos, podría suspenderse hasta que el riesgo sea lo suficientemente bajo, o solo las personas con guantes y máscaras podrían acceder al material (como en las bibliotecas de Estonia). De manera similar, la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik (Líbano) sugiere impedir el uso de manuscritos, libros raros y otros materiales antiguos por el momento, mientras que las pautas flamencas sugieren que puede ser razonable solo permitir las consultas más necesarias (por ejemplo, para procesos judiciales, en lugar de consultas sobre historia local o estudios genealógicos). Las bibliotecas públicas de Shanghái también han dado prioridad a las consultas presenciales de colecciones específicas, mientras que otras se mantienen solo en línea por el momento. Además, como indican las pautas de Portugal (ver más abajo) puede ser necesario más tiempo para la limpieza.

Otra cuestión gira en torno de cuántos elementos podrían ingresar los usuarios a la biblioteca. Las pautas holandesas, por ejemplo, sugieren que los usuarios deberían traer sus propias lapiceras y material de cursos para actividades grupales reducidas, y tratar de no dejarlos en la biblioteca.  El Grupo de Bibliotecas Escolares CILIP y la Asociación de Bibliotecas Escolares del Reino Unido sugieren que, en la medida de lo posible, materiales como abrigos deberían permanecer en la parte exterior para reducir los riesgos de contaminación.

También podría ser importante garantizar que las bibliotecas tengan un plan para situaciones en las que una persona manifieste síntomas, por ejemplo, contar con números de teléfono pertinentes, disponer de una sala separada donde sea posible aislar a la posible persona contagiada, como lo establecen las pautas polacas y las japonesas, e identificar las superficies que podrían haberse contaminado. De manera similar, las reglamentaciones sudafricanas establecen que debe identificarse un espacio apropiado.

En esta situación es importante mantener una comunicación clara con los usuarios para garantizar que entiendan las normas vigentes. Cuando esto no es posible, por ejemplo, en el caso de niños o personas con trastornos cognitivos, podría ser necesario adoptar enfoques alternativos, como lo indican las pautas francesas.

Con el paso del tiempo, las bibliotecas de algunos países han ido levantando algunas restricciones. Por ejemplo, las bibliotecas de República Checa ya no exigen a los usuarios usar mascarillas ni practicar el distanciamiento social desde 1 de julio. 

Una tendencia en aumento es la necesidad de garantizar que las autoridades y expertos conozcan cómo funciona una biblioteca, cuánto contacto ven entre las personas, a los fines de evitar suposiciones y recomendaciones erróneas, como sucedió en Estados Unidos.

Medidas de seguridad para el personal

Sin duda, es una prioridad garantizar que el personal esté en buenas condiciones físicas y se sienta a gusto al brindar servicios. De hecho, esto podría convertirse en una obligación legal.  Algunas formas de hacerlo incluyen las medidas de higiene mencionadas más arriba (en efecto, la Biblioteca Nacional de Polonia sugirió que no se reabra ninguna biblioteca a menos que los bibliotecarios puedan estar equipados correctamente), así como una comunicación y explicación clara de las decisiones y planes, e informes regulares y recordatorios (como por ejemplo en Roskilde, Dinamarca). Las pautas oficiales de Dinamarca resaltan la necesidad de hacer partícipe a las asociaciones de personal y a los sindicatos en las decisiones sobre reapertura.  La Biblioteca Nacional de China mantiene contacto regular con su personal para garantizar que se encuentran en buen estado de salud y bien cuidados, mientras que la biblioteca de West Virginia enfatiza fuertemente la importancia de la salud mental y de asumir la situación de encontrarnos nuevamente con otras personas. Las pautas canadienses también destacan la necesidad de prestar especial atención al estrés, dada la incertidumbre que todavía existe. Muchas bibliotecas federales en Estados Unidos están planeando el regreso del personal para trabajar en fases.

A medida que reabren, muchas bibliotecas lo hacen solo por algunas horas al día, y permiten que el personal trabaje por turnos siguiendo la recomendación del Consejo de Bibliotecas de la República Checa. También limitan las reuniones y planifican las pausas (como se sugiere en Polonia), solo permiten reuniones cuando el lugar disponible sea lo suficientemente amplio, o establecen límites de tiempo (como en Senegal) o, permiten que las cocinas, baños o áreas comunes sean utilizados solamente por un miembro del personal a la vez, como ocurre en la Biblioteca el Congreso en Argentina. En Helsingborg, Suecia, las bibliotecas aplican plazos para garantizar que los bibliotecarios puedan evitar las horas pico, y en Portugal, la Dirección General de Bibliotecas recomendó turnos escalonados. En algunos casos, el personal regresa a sus funciones antes de la apertura al público, como sucedió en Colonia, Alemania, con el objeto de realizar algunas tareas necesarias para la reapertura con seguridad y eficiencia, Igual que en la Biblioteca de la Universidad Nacional de Croacia.

La Biblioteca Nacional de China, entre otras, continúa fomentando el trabajo remoto siempre que sea posible. Solo se convoca al personal cuando es realmente necesario, y en ese caso trabajan por turnos para minimizar el contacto, garantizando que el número de trabajadores presente no supere el 25% del personal habitual.  La Biblioteca Nacional de Albania, en su estrategia de reapertura, pasó de tener el 30% del personal trabajando en las instalaciones al 70% en la segunda fase, mientras que las bibliotecas de Laval, en Canadá, han realizado estimaciones sobre los números necesarios para brindar servicios en diferentes etapas. 

En Croacia, las pautas establecen, cuando es posible, dos turnos, con una hora intermedia para permitir la limpieza. En Suiza, por ejemplo, se sugiere que, en lo posible, haya una persona por oficina, y en Colonia, Alemania, no más de dos, con los espacios comunes, por ejemplo, transformados en áreas para oficinas con el fin de brindar más espacio. Colonia también busca mantener separados a los diferentes equipos, utilizando herramientas digitales para las reuniones. En Australia Occidental, se sugirió que el personal debería manejar una sola computadora durante su turno.

Normas similares son aplicables en otras áreas de trabajo del personal, por ejemplo, la Biblioteca Nacional de Eslovaquia también realizó sugerencias sobre seguridad en el uso de vehículos oficiales.  Las pautas de Alberta, Canadá, sugieren que el personal debería tener su propio espacio o armario para mantener sus pertenencias aisladas como un paso más para limitar el riesgo de contagio.

Cada país tendrá su enfoque sobre las medidas sanitarias exigidas al personal, aunque la recomendación general es no concurrir al trabajo en caso de presentar síntomas. La Universidad Nacional de Croacia sugiere que el personal debería controlar su temperatura cada mañana antes de concurrir al trabajo. La Biblioteca del Congreso de Argentina cuenta con un protocolo que indica cómo actuar en caso de que algún miembro del personal manifieste síntomas, y las medidas que los demás miembros presentes del personal deben adoptar en estos casos.

Además, en el Reino Unido, por ejemplo, es probable que muchas bibliotecas tengan que trabajar con personal reducido por un tiempo, dadas las bajas por enfermedad, obligaciones familiares o autoaislamiento. Los voluntarios tampoco estarían en condiciones de regresar al trabajo (y en West Virginia se sugirió que fueran los últimos), en especial si son mayores o tienen enfermedades preexistentes, lo cual podría generar demoras en la reapertura de bibliotecas en algunos países.  

En consecuencia, las bibliotecas de varios países están reduciendo sus horarios de atención e incrementando sus esfuerzos para promover el bienestar de su personal, por ejemplo, una actividad recomendada en las pautas de Libraries Connected, Reino Unido, junto con un conjunto de otras cuestiones a tener en cuenta para garantizar la seguridad. En otros casos, como en Andalucía, España, simplemente podría no haber personal suficiente para una apertura segura. De hecho, las pautas noruegas sugieren que abrir las bibliotecas con restricciones podría requerir más personal que el habitual, por lo que podría ser útil que regrese el personal asignado de manera temporaria a otras tareas.

Todavía existen dudas con respecto a la posibilidad de contagio a través de los sistemas de aire acondicionado.  La Organización Mundial de la Salud ha indicado que esto podría ser una amenaza, lo cual también se incluyó en las pautas francesas e italianas, aunque estas últimas sugieren que un plan de mantenimiento regular podría ser beneficioso, mientras que en Estados Unidos se recomienda una mayor ventilación. Las pautas polacas, por ejemplo, sugieren la ventilación de espacios con la mayor frecuencia posible, al igual que las pautas del Consejo de la Biblioteca de la República Checa (5 minutos por hora). Las pautas portuguesas sugieren que esto puede ser preferible al uso del aire acondicionado (¡y también menos contaminante!).

Sobre todo, como establecen las pautas portuguesas, una manera de mantener al personal seguro es mantenerlo informado, particularmente cuando se modifican las pautas.  Esto también los dejará mejor preparados para poder ayudar a los usuarios con respecto a las normas.

Manejo de materiales

Para más recomendaciones ver la sección anterior.

Comunicación con el público

Dada la incertidumbre actual, y con frecuencia debido a la complejidad del proceso de levantar las restricciones, la planificación de las bibliotecas al respecto también tiende a enfocarse en las comunicaciones. Las pautas australianas sugieren que aquellos usuarios que no saben qué se puede hacer y qué no podrían hacer más preguntas de las habituales. Las pautas canadienses se hacen eco de esto, y destacan la necesidad de explicar los cambios en los servicios y ayudar a los usuarios a comprender que algunas cosas quizá no vuelvan a ser como antes.

Las nuevas reglas son lo primero que los usuarios ven al visitar el sitio web del sistema de bibliotecas públicas de Macao (China), mientras que la divulgación entre los usuarios es un punto clave del listado de verificación elaborado por las bibliotecas alemanas. En el Reino Unido, una sugerencia es crear un ‘Reglamento para el Usuario’, y otro para el personal. La biblioteca Arapahoe de Estados Unidos realiza encuestas entre los usuarios para identificar los servicios que les faltan, con el propósito de incluirlos en el proceso, y las pautas de Libraries Connected también procuran considerar la perspectiva del usuario. Las pautas canadienses hacen hincapié en la necesidad de tener en cuenta a los hablantes no nativos al diseñar carteles y comunicaciones, y sugieren usar gráficos para ayudarlos, o para hacer anuncios públicos (como sugieren las pautas japonesas).

También puede ser de ayuda utilizar canales diferentes a los de las bibliotecas como, por ejemplo, estaciones locales de radio y TV, o pósters, como en el metro de Guangzhou.

Algunas bibliotecas, además de ser claras con respecto a las normas necesarias para la seguridad, han trabajado para lograr que los usuarios se sientan bienvenidos.  La Asociación Australiana de Bibliotecas e Información ha lanzado su campaña “Regresamos”, mientras que la biblioteca de la Universidad de Tartu, Estonia, ha elaborado un video en el que destaca su alegría por el regreso de los usuarios.  Esto también funciona en sentido inverso: un artículo de la IFLA destaca que la Asociación Australiana de Bibliotecas e Información y la Asociación de Bibliotecas de Renania del Norte–Westfalia han recopilado testimonios de usuarios que extrañaron las bibliotecas durante su cierre, con el fin de utilizarlos en el futuro para tareas de promoción.

Apoyo a la recuperación

Aun cuando deben lidiar con nuevos grupos de casos de COVID-19, los gobiernos en todo el mundo también están trabajando para abordar las consecuencias de la pandemia.  Estas implican un desafío especialmente importante cuando se refieren a temas tales como educación (tal como ha informado UNICEF, al menos un tercio de los niños en edad escolar en todo el mundo han perdido por completo la posibilidad de tener educación remota) y empleo, temas en los que las personas tienen el riesgo de quedar excluidas.

Por ejemplo, están surgiendo artículos y otros materiales que destacan el rol que pueden desempeñar las bibliotecas escolares para cerrar las brechas en la alfabetización, o el que pueden desempeñar las  bibliotecas públicas para ayudar a las personas a superar el trauma de la pandemia.

Las asociaciones de bibliotecas han comenzado a reunir estos argumentos para respaldar la promoción de las bibliotecas.  Por ejemplo, Libraries Connected en el Reino Unido ha elaborado recursos mostrando cómo responden las bibliotecas a necesidades puntuales del individuo y la comunidad.

Planes de reapertura en todo el mundo

A continuación, se presentan algunos ejemplos de planes nuevos. Usted también puede consultar la reseña preparada por IFLA con fecha del 6 de junio. Ver también la reseña de Ithaka S+R sobre los planes de reapertura para el otoño entre las bibliotecas de las universidades norteamericanas.  

Argentina: la Biblioteca del Congreso de Argentina ha publicado una versión en inglés de su protocolo para una reapertura segura, que incluye infografía útil para ser utilizada por el personal y los usuarios.

Australia: la Asociación de Bibliotecas e Información de Australia proporcionó un listado de verificación de gran utilidad que brinda los pasos a seguir con respecto a comunicación, distanciamiento social, medidas de seguridad, apoyo al personal, y apoyo y actividades para la comunidad.

Austria: la asociación de bibliotecas desarrolló guías para una reapertura segura basadas en experiencias y prácticas internacionales.

Bélgica: la Asociación de Bibliotecas Flamenca elaboró una página sobre la reapertura en la que recopiló información relevante de diferentes fuentes en un conjunto de pautas (traducidas al inglés por IFLA). Esta página sido actualizada el 9 de junio (en neerlandés, traducido al inglés por IFLA). En tanto, el gobierno de la Bélgica francoparlante publicó una circular (traducida al inglés por IFLA), y la asociación de bibliotecas desarrolló una infografía de uso en bibliotecas para brindar información a los usuarios. También se elaboraron pautas de educación para adultos (que a su vez aplican para las bibliotecas).

Canadá: el Consejo Canadiense de Bibliotecas Urbanas ha elaborado un listado de temas a considerar que refleja el hecho de que la situación deberá ser analizada en el ámbito provincial o local. Este listado incluye preguntas sobre gobernanza, comunicaciones, colecciones, personal, servicios, programación y espacios.  El gobierno de la provincia de Alberta también compartió pautas mientras que la Biblioteca y los Archivos de Canadá están brindando actualizaciones en su sitio web, entre ellos un video que explica sus planes a los visitantes. Asimismo, las bibliotecas en Laval, Quebec, han estipulado qué tipo de actividades van a tener lugar en las distintas etapas de la reapertura.

China:  Algunos detalles sobre el proceso de reapertura de las bibliotecas de China están disponibles en un artículo publicado por la Sección Asia-Oceanía de la IFLA.

Colombia: la Biblioteca Nacional de Colombia ha realizado infografías explicando el proceso a seguir para la reapertura de las bibliotecas, ayudando a la comunidad de bibliotecas a comprender las decisiones que deben adoptar, y las condiciones que deben cumplir para la reapertura.

Croacia: la Biblioteca de la Universidad Nacional compartió una actualización sobre cómo está organizando la reapertura. La página también incluye vínculos a otras bibliotecas. La IFLA realizó esta traducción además de pautas previas que aportan sugerencias sobre el funcionamiento de las bibliotecas mientras permanecen cerradas.

Chipre: la biblioteca nacional ha publicado pautas tanto para su reapertura como para el público y otras bibliotecas (traducido al inglés por IFLA).

República Checa: el gobierno compartió pautas sobre higiene en bibliotecas reabiertas , y el Consejo de Bibliotecas difundió más sugerencias sobre formas de reapertura de servicios con condiciones de seguridad para los empleados. En la Página Web del Consejo de Bibliotecas es posible encontrar más información. La IFLA tradujo las últimas pautas (18 de mayo) al inglés además de las pautas básicas que ya fueron compartidas el 24 de abril (original, traducción).

Dinamarca: el Ministerio de Cultura elaboró pautas para las bibliotecas sobre el paso siguiente a la apertura que incluyen trabajo con el personal, apoyo a los usuarios y préstamos. Estas pautas han sido actualizadas (20 de junio). La IFLA ha traducido al inglés estas pautas.

Estonia: el Ministro de Cultura elaboró pautas (traducidas al inglés por IFLA) sobre cómo reabrir espacios en la biblioteca, muchas bibliotecas permanecieron abiertas ofreciendo servicio de entrega en la acera y a domicilio. También se incluyen instrucciones sobre el manejo de personal o visitantes enfermos.

Finlandia: el sitio Libraries.fi, administrado por la Biblioteca de la Ciudad de Helsinki incluye una descripción en inglés sobre los diferentes enfoques adoptados por las bibliotecas finlandesas, así como vínculos a recursos clave y un foro donde los bibliotecarios pueden hacer preguntas sobre la manera de prestar servicios mientras se levantan las restricciones de la cuarentena.

Francia: las asociaciones de bibliotecas de Francia han elaborado de manera conjunta una declaración dirigida al gobierno advirtiendo sobre la apertura prematura de las bibliotecas, y una guía (traducida al inglés por IFLA) sobre los servicios que pueden ofrecerse en las diferentes etapas de eliminación de restricciones y sobre la minimización de riesgos. El gobierno también elaboró pautas (con fecha del 4 de junio, traducidas al inglés por IFLA). El 21 de septiembre se publicaron más pautas, que reflejan la posibilidad de realizar futuros eventos, entre ellos poner juguetes a disposición de los niños (si se los limpia con regularidad). También hay una infografía para explicar las fases. La Biblioteca Nacional de Francia también ha publicado en su sitio web instrucciones para los visitantes sobre sus planes de reapertura.

Alemania: la asociación de bibliotecas elaboró un listado de verificación sobre los pasos que las bibliotecas pueden dar con respecto a la higiene del personal, limitando el contacto y las situaciones en las que las personas estén demasiado cerca, cómo mantenerse seguro al brindar servicios, gestión del personal, manejo de materiales y comunicación. Hemos traducido este listado al inglés. Ver también la página web de la Asociación sobre la reapertura. En tanto la Biblioteca Nacional de Alemania ha reabierto sus salas de lectura con más detalles disponibles aquí.

Hong Kong (China): la Asociación de Bibliotecas de Hong Kong compartió información sobre los planes para la reapertura de bibliotecas académicas. El sitio web de la Biblioteca Pública de Hong Kong contiene información sobre los planes para las bibliotecas públicas. El artículo elaborado por la Sección Asia-Oceanía de IFLA es posible encontrar más información al respecto.

Hungría: el Instituto de Bibliotecas de Hungría ha elaborado un resumen sobre las reaperturas en todo el mundo.

Irán: la Federación de Bibliotecas Públicas de Irán publicó pautas para las bibliotecas que están iniciando la reapertura, que incluyen sugerencias sobre alternativas para brindar servicios y cuidados para el personal y los usuarios.

Irlanda: la Biblioteca Nacional de Irlanda ha publicado sus planes para una reapertura segura, con visitas con turnos a partir del 29 de junio y la reanudación del servicio normal a partir del 31 de agosto.

Italia: la Asociación de Bibliotecas de Italia publicó un compendio de documentación y sus sugerencias con reglas a seguir durante la reapertura de las bibliotecas.

Japón: la Asociación de Bibliotecas de Japón compartió pautas (actualizadas al 26 de mayo) sobre reapertura en las que resalta enfoques sobre evaluaciones riesgosas, seguridad de los usuarios y del personal, eventos y cómo manejar posibles casos. La empresa privada Calil también está monitoreando la cantidad de bibliotecas abiertas y las que no lo están. La Biblioteca Nacional de la Dieta también comparte regularmente información sobre su reapertura progresiva.

Líbano: la Universidad del Espíritu Santo de Kaslik (Líbano) ha publicado su plan de reapertura, que incluye pautas sobre el manejo de materiales, la prestación de servicios y la seguridad de los usuarios y el personal.

Liechtenstein: la Biblioteca del Estado impartió instrucciones para los usuarios relativas a su reapertura. 

Luxemburgo: la Biblioteca Nacional ha establecido su propio plan de cinco etapas para la reapertura en su sitio web.

Malasia:  Algunos detalles sobre los procesos de reapertura están incluidos en el artículo preparado por las bibliotecas de Malasia para la Sección Asia-Oceanía de la IFLA.

Malta: la Biblioteca Nacional ha publicado las normas de uso para sus dos edificios, resaltando la exigencia de usar máscara todo el tiempo y, el acceso limitado a los equipos.

México: un grupo de bibliotecas universitarias ha elaborado una infografía que incluye elementos clave para el funcionamiento seguro de las bibliotecas después de la pandemia de COVID-19. La Universidad Nacional Autónoma de México ha publicado su propio protocolo de reapertura, con instrucciones para la desinfección de las bibliotecas en general, la reorganización de los espacios y la protección de los usuarios y el personal, así como pautas detalladas para el tratamiento de las obras devueltas. La IFLA ha traducido estas pautas al inglés. También existen pautas para las bibliotecas de la Ciudad de México.

Países Bajos: se ha realizado un conjunto de protocolos (abordan préstamos, actividades con niños de nivel primario, grupos de hasta diez personas, y uso de computadoras) además de un listado de verificación (traducido al inglés por IFLA). La Biblioteca Nacional también estableció sus normas para los usuarios que regresan a la biblioteca.

Noruega: la Asociación de Bibliotecas y la Asociación de Bibliotecarios prepararon pautas sobre reducción de riesgos en las bibliotecas (en noruego, con fecha 8 de mayo). La IFLA ha traducido al inglés estas pautas.

Polonia: la Biblioteca Nacional de Polonia ha elaborado pautas sobre seguridad del personal, higiene de las instalaciones y manejo de los síntomas del personal y los usuarios, y sobre cómo organizar eventos.

Portugal: la Dirección General de Libros, Archivos y Bibliotecas ha elaborado pautas en portugués (traducidas por IFLA) para las bibliotecas públicas, que incluyen sugerencias sobre el personal, la higiene y los servicios, y un método de apertura que consta de cuatro fases. La Biblioteca Nacional de Portugal también ha publicado planes para la reapertura (traducidos al inglés por IFLA).

Catar: la Biblioteca Nacional de Catar ha organizado un seminario web, principalmente en árabe, sobre medidas de seguridad que deberán tomarse al momento de la reapertura de las bibliotecas y está trabajando con la UCL de Catar para desarrollar herramientas que serán utilizadas tanto en la región como en otros lugares. La Biblioteca también ha publicado en su sitio web sus normas de reapertura en su sitio web.

Rumania:  la Asociación de Bibliotecarios Rumanos ha compartido una guía del Instituto Nacional de Salud Pública sobre la reapertura (en rumano), disponible a partir del 17 de mayo. La IFLA ha traducido esta guía al inglés, junto con otras pautas sobre la reapertura.  

Federación Rusa: el gobierno ruso dio a conocer las pautas (en ruso, traducidas al inglés por IFLA) sobre la reapertura. La Biblioteca Estatal de Rusia también publicó sus normas para los usuarios en línea (en ruso y en inglés).

Arabia Saudita: La Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah ha publicado instrucciones sobre su reapertura para los usuarios; en primer lugar, estas limitan el acceso a graduados y estudiantes de postdoctorado y al personal, además de prohibir encuentros y reuniones.

Senegal: La biblioteca de la Universidad Cheijk Anta Diop de Dakar ha establecido sus propios planes, en línea con los de la Universidad, entre ellos restricciones a los servicios y a la cantidad de usuarios, y el apoyo al uso de medios de comunicación electrónicos.

Serbia: la Biblioteca Nacional ha iniciado la reapertura compartiendo un informe sobre los primeros pasos dados para promover la higiene y limitar el contacto.

Eslovaquia: la Biblioteca Nacional elaboró pautas (fechadas el 20 de mayo) sobre préstamos, uso del espacio, uso de los vehículos de la biblioteca y desinfección (original, traducción a cargo de IFLA). También incluye normas respecto de eventos dada la determinación de Eslovaquia de avanzar hacia una nueva etapa de levantamiento de su cuarentena. Ver también la página de recursos ampliada de la Biblioteca Nacional.

Eslovenia: el Instituto Nacional de Salud Pública ha publicado pautas (traducidas al inglés por IFLA) para las bibliotecas que incluyen recomendaciones sobre distanciamiento social y manejo de materiales. La Asociación de Bibliotecas está siguiendo la situación y la experiencia de las bibliotecas, en particular, en la fase de reapertura.

Sudáfrica: el gobierno de Sudáfrica ha publicado normas para la reapertura de las bibliotecas, remarcando en particular la capacidad máxima (30% para las salas de lectura, 10% para las salas de computación) y la necesidad de distanciamiento y de espacios para casos de personas sintomáticas.

España: las pautas oficiales del gobierno establecen las normas para la reapertura, que incluyen limpieza e higiene y otras actividades más amplias. La Asociación Andaluza de Bibliotecarios ha elaborado un protocolo para la reapertura de bibliotecas que incluye pautas sobre el personal, los espacios y los materiales. FESABID, la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística tiene una colección de vínculos a fuentes para asistir a las bibliotecas en su reapertura y a través de sus socios ha desarrollado un conjunto de diez principios para la reapertura de las bibliotecas. La Red de Bibliotecas Universitarias de España (REBUIN) ha desarrollado pautas exhaustivas (en español) para la reapertura de las bibliotecas académicas.

Suiza: la Asociación de Bibliotecas ha elaborado pautas que complementan la información general producida para todos los establecimientos.  La IFLA realizó la traducción al inglés de estas pautas.

Trinidad and Tobago: el Sistema Nacional de Bibliotecas e Información ha publicado un breve panorama de sus planes que incluye normas sobre el uso de mascarillas y, fechas de reapertura de los servicios ISBN.

Reino Unido: la página de CILIP sobre COVID-19 incluye recursos para ayudar a preparar la reapertura desarrollando un plan formal con los departamentos gubernamentales relevantes, con sugerencias ya presentadas para las bibliotecas escolares. La página incluye sugerencias de listados de verificación para uso de las bibliotecas escolares antes de la apertura. Además, CILIP ya envió una carta dirigida a los empleados resaltando la necesidad de evaluar y minimizar los riesgos antes de la reapertura. Libraries Connected también ha elaborado pautas detalladas dirigidas a directores de bibliotecas en las que se considera la evaluación de riesgos, quiénes deberían concurrir a trabajar, el distanciamiento social para los trabajadores, la seguridad de los usuarios, la limpieza de los lugares de trabajo, los equipos de protección para el personal, la administración de los recursos humanos y el ingreso y egreso de libros y mercaderías. Libraries Connected está evaluando la experiencia de las  bibliotecas a medida que reabren sus puertas, y además ha elaborado pack de recursos en defensa de las bibliotecas con el fin de que los miembros colaboren con el gobierno local y así puedan salvaguardar fondos esenciales para poder continuar ofreciendo los servicios.

Estados Unidos: la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos ha reunido una amplia gama de recursos sobre la reapertura en su sitio web, que incluye planes y otros materiales como sucede con el proyecto REALM . A nivel estadual, la Biblioteca del Estado de Nuevo México (Estados Unidos) elaboró planes para una reapertura en etapas, y en el estado de Idaho se realizó una tabla y un blog integral sobre las etapas del levantamiento de restricciones en las bibliotecas con muchas ideas de utilidad. Las bibliotecas públicas del Estado de Georgia, Estados Unidos, publicaron un plan modelo para bibliotecas relativo a la toma de decisiones sobre el personal y los servicios en las distintas etapas del levantamiento de las restricciones, igual que West Virginia e Indiana. La Biblioteca del Estado de Montana compartió tres ejemplos (aquí, aquí y aquí). El coordinador de bibliotecas públicas de Alaska también mencionó estas cuestiones en una presentación, al igual que el Consorcio de Bibliotecas de Colorado, el Consorcio de Bibliotecas de Connecticut y la Asociación de Bibliotecas de Massachusetts. La Comisión de Bibliotecas de Idaho compartió algunos ejemplos de planes de reapertura de bibliotecas de diferentes tamaños, que podrían ser de utilidad. También existen guías específicas de Illinois y Vermont para entregas en la acera. Por último, la red de Bibliotecas Federales ha encuestado a sus miembros para conocer sus planes de reapertura, subrayando la variedad de enfoques adoptados.

Acciones de las asociaciones, bibliotecas nacionales y socios de las bibliotecas

Asociaciones y autoridades de las bibliotecas

Las asociaciones de bibliotecas están haciendo un gran trabajo para informar a sus miembros y apoyarlos en tiempos difíciles. Muchas de ellas han creado páginas con listas de fuentes confiables y pautas nacionales que complementan las recomendaciones globales y regionales y, además, alientan la comunicación y la coordinación entre los directores de las bibliotecas con el fin de compartir ideas y experiencias. Otras brindan apoyo útil para la planificación, tanto en el manejo de personal como de las instalaciones, y también para el desarrollo de los servicios en línea, a través de listas de verificación y cursos.

Consulte en particular las páginas de las siguientes asociaciones:

Argentina: la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina (ABGRA) ha publicado un informe sobre la respuesta de las bibliotecas ante la pandemia por COVID-19 (en español). Allí se destaca en particular la importancia de crear un perfil en las redes sociales y ofrecer servicios a través de ellas, y la necesidad de contar con plataformas nacionales de materiales digitales.

Australia: Respuesta de las Bibliotecas de Australia frente a la COVID-19. ALIA también elaboró sus Publicaciones para el Desarrollo Profesional disponibles en forma gratuita durante la crisis, lanzó una página de actividades durante la pandemia, y está trabajando en un fondo de ayuda. ALIA además publicó un informe provisional sobre la respuesta de las bibliotecas frente a la enfermedad COVID-19. Con el regreso de las bibliotecas, ALIA lanzó su campaña de comunicación llamada ‘Regresamos’, instando a los usuarios a compartir lo que se perdieron mientras las bibliotecas permanecieron cerradas. También se han realizado esfuerzos a nivel estadual para analizar las experiencias vividas hasta este momento, por ejemplo la de Nueva Gales del Sur, que destaca tanto los éxitos como los desafíos.

Austria: la asociación de bibliotecas proporciona información valiosa a las bibliotecas sobre procedimientos para una reapertura segura y comparte asesoramiento gubernamental. También transformó sus cursos presenciales en virtuales.

Bélgica: Las bibliotecas y archivos deberían cerrar para sus usuarios (en neerlandés).

Brasil: FEBAB creó una página de recursos sobre COVID-19 (en portugués), y una breve lista de pasos a seguir, mientras IBICT subió a su página una serie de fuentes de datos (sobre COVID-19 y material científico de apoyo al aprendizaje para todas las edades) y agregó información sobre COVID-19 a su mapa interactivo del país —para más información, ver el comunicado de prensa (en inglés). El Instituto de Información Científica y Tecnológica y de Comunicación y Salud (ICICT) de Brasil ha elaborado una versión más detallada de esta página en portugués, centrada especialmente en elementos que podrían ser de ayuda para la salud de las mujeres y las bibliotecas infantiles.

Bulgaria:  Recursos para que los bibliotecarios respondan a la enfermedad COVID-19 (en búlgaro).

Camerún: la Asociación de Bibliotecarios y Archivistas de Camerún ha organizado debates por WhatsApp entre sus miembros con el fin de identificar futuras prioridades, y está trabajando con el Ministro de Cultura y la Universidad de Bamenda para coordinar iniciativas de archivo relacionadas con la pandemia.   

Chile:  La Asociación de Bibliotecas de Chile está trabajando con una ONG local para reunir historias sobre el acceso a información sobre salud con el fin de fortalecer la defensa de la profesión en el futuro.

China:  La Sociedad de Bibliotecas de China y la Biblioteca Nacional compartieron un informe completo de todas las actividades realizadas por la asociación y las bibliotecas de toda China en apoyo de las comunidades, desde el gobierno hacia los ciudadanos.

Colombia: la Asociación de Bibliotecarios de Colombia preparó un seminario web (en español, en conjunto con la Sección de IFLA-LAC) sobre ideas para que los bibliotecarios puedan responder.

Croacia: la Asociación de Bibliotecas de Croacia preparó una página específica con información sobre servicios remotos, un punto para agregar datos sobre COVID-19 para las bibliotecas, acceso a servicios de reuniones virtuales y recursos electrónicos.

República Checa: la Asociación de Bibliotecas Checas elaboró una página de información que incluye asesoramiento sanitario, actualizaciones sobre respuestas gubernamentales, e ideas sobre cómo trabajar respetando los derechos de autor y la legislación sobre privacidad en tiempos de pandemia.

Francia: la Asociación de Bibliotecas de Francia publicó información sobre Servicios que brindan las Bibliotecas y Salud Pública (en francés), y promueve debates sobre gestión de personal durante la pandemia. La Asociación de Bibliotecarios Universitarios de Francia también lleva registro de las actividades de las bibliotecas universitarias.          

Alemania: Página informativa sobre Bibliotecas y COVID-19 de la Asociación de Bibliotecas de Alemania (en alemán). Ver también la página sobre prestación de servicios remotos y el comunicado de prensa que probablemente inspiró la cobertura nacional de los medios sobre los servicios de las bibliotecas.

Ghana:  la Autoridad para las Bibliotecas de Ghana fomenta la obtención de tarjetas digitales para bibliotecas, y dispone recursos para las bibliotecas y sus usuarios a través de su página de recursos.

India: las asociaciones de bibliotecas tanto federales como de los estados ofrecen cursos de capacitación en línea sobre COVID-19 y sobre un mayor desarrollo profesional; la asociación del estado de Karnataka ofrece cursos continuamente. El 12 de agosto, Día Nacional del Bibliotecario, constituyó una oportunidad para reflexionar sobre el futuro del sector, por ejemplo a través de seminarios web organizados por la Federación de Asociaciones de Bibliotecas de Ciencias de la Salud.

Indonesia: la Asociación de Bibliotecas de Indonesia ha implementado una serie de iniciativas, que incluyen publicaciones digitales con resúmenes de leyes y reglamentaciones pertinentes, conocimientos y análisis científicos, normas vigentes sobre reuniones sociales y un glosario sobre COVID-19 además de mantener sus esfuerzos para apoyar la profesión durante la pandemia.

Irak: la Asociación de Bibliotecas e Información de Irak ha organizado seminarios web sobre el rol de las bibliotecas digitales en los tiempos de Coronavirus, así como sobre una transformación digital más amplia.

Italia:  Dónde encontrar información (en italiano) ofrece un panorama sobre la legislación nacional, fuentes de asesoramiento y propuestas sobre formas de brindar el servicio protegiendo la privacidad y la salud. 

Corea (República de): Declaración sobre la Situación con respecto al Coronavirus.

Malasia: Las páginas de la Sección Asia-Oceanía de la IFLA incluyen muchos ejemplos de actividades realizadas durante la pandemia por las bibliotecas y, en particular, por la asociación nacional de bibliotecas.

México:  El Colegio Nacional de Bibliotecarios realiza una serie de encuentros virtuales y una campaña en los medios sociales de comunicación para quedarse en casa, también resalta la experiencia de las bibliotecas de México en la crisis (incluye un seminario web), fomenta la lectura en casa (también incluye un seminario web), y comparte recursos informativos (en español). Además, la Asociación de Bibliotecas de México publicó una carta de apoyo a los profesionales de la salud y a los bibliotecarios durante la crisis.

Birmania:  la Asociación de Bibliotecas de Birmania, en un esfuerzo cooperativo exitoso, ha implementado un programa activo de capacitación y debate en línea para sus miembros, especialmente los paraprofesionales, de difusión de información sobre COVID-19 y la respuesta de las bibliotecas de otros lugares, y ha elaborado sus propias pautas. La Asociación también continúa apoyando un proyecto para crear bibliotecas escolares en todo el país.  

Países Bajos:  las bibliotecas holandesas crearon una página de recursos y actividades para sus miembros (ofrece traducción al inglés).

Nueva Zelanda:  COVID-19 Coronavirus y el Sector del Servicio de Bibliotecas e Información de Nueva Zelanda. En un trabajo conjunto con la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda -Te Aotearoa, la Asociación de Bibliotecas e Información de Nueva Zelanda, ha trabajado para desarrollar el Programa de Alianzas de Bibliotecas de Nueva Zelanda, un plan de inversión en servicios bibliotecarios para la era post COVID que incluye traslados, capacitación y, acceso a internet en todas las bibliotecas públicas y más.

Nigeria: la Asociación de Estudiantes de Bibliotecología y Ciencias de la Información organizó una serie de conferencias para sus miembros durante algunos días.  

Portugal: la Asociación de Bibliotecas de Portugal dicta sus seminarios web en forma gratuita en línea (en portugués). Asimismo, la división de Bibliotecas de la Dirección General de Libros, Archivos y Bibliotecas ha realizado una encuesta sobre las experiencias de las bibliotecas públicas durante la pandemia, destacando las acciones necesarias para responder a la crisis (o adelantarse a la reapertura), incluyendo la provisión de capacidades digitales, una oferta digital más sólida y maneras de reanudar los servicios cara a cara.

Puerto Rico:  La Asociación de Bibliotecarios de Puerto Rico lanzó una campaña con respecto a la desinformación sobre COVID-19 (en español).

Rumania: la Asociación de Bibliotecarios Rumanos ha organizado clases, seminarios web y sesiones de trabajo para ayudar a sus miembros a enfrentar la pandemia, y ha lanzado la campaña pública #thelibraryfromhome (la biblioteca desde casa). La Asociación también ha recopilado datos sobre bibliotecas y servicios, mientras que el sector en su totalidad ha apoyado iniciativas generales a través de la impresión de equipamiento de protección en 3D, la investigación y la lucha contra la desinformación.

Serbia: la Asociación Nacional de Bibliotecas ha decidido concentrarse en el trabajo de los bibliotecarios durante la pandemia en la próxima edición de su publicación periódica.

España: la Red de Bibliotecas Académicas preparó una página de recursos (en español).

Turquía: la Asociación de Bibliotecas de Turquía dio una conferencia en línea dirigida a fomentar la lectura, presentando videos y aportes de actores, escritores, artistas e investigadores.

Reino Unido:  Servicio de Información sobre Coronavirus de CILIP, ver también las pautas específicas elaboradas para las bibliotecas escolares. CILIP también ha escrito al gobierno para que flexibilice las leyes de propiedad intelectual y ha lanzado el Servicio Nacional de Recomendaciones (Servicio Nacional de Recomendaciones) que consiste en una serie de videos diarios en YouTube con recomendaciones de libros para niños y familias. CILIP también ha elaborado una declaración sobre las implicancias éticas y relativas a la privacidad de la COVID-19, destacando la necesidad de transparencia, del uso de pruebas por parte del gobierno, y de proteger la vida privada. Research Libraries (Reino Unido) ha publicado su propio informe sobre cómo han respondido sus miembros, y ha analizado, en particular, áreas como habilidades y liderazgo, investigación académica y colecciones, espacios y lugares, y posibilidades futuras.

Estados Unidos: La Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos ha reunido sus recursos sobre recuperación de la COVID-19 en una página única, que incluye secciones sobre promoción y políticas, educación, datos e investigación, pautas y protocolos. El kit de herramientas de preparación para la pandemia de la Asociación todavía está disponible y es muy útil. Ver también los recursos reunidos por la Public Programs Office de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos, y el seminario sobre prestación de servicios remotos y su e-book sobre preparación para casos de desastre, que actualmente es de acceso público. También está disponible esta página de recursos elaborada por la Asociación Estadounidense de Bibliotecas Jurídicas y otra de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas Escolares, que incluye un panorama de la situación de las bibliotecas escolares y vínculos a otros recursos clave, así como los resultados de la encuesta de la Asociación de Bibliotecas Públicas sobre la respuesta de las bibliotecas públicas, y esta página sobre la preparación para la pandemia elaborada por la Asociación Estadounidense de Bibliotecas Escolares.

Uruguay: la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de Uruguay ha recopilado ejemplos sobre qué están haciendo las diferentes bibliotecas en todo el país en respuesta a la pandemia.

Zimbabue: la Asociación de Bibliotecas de Zimbabue ha compartido experiencias internacionales; y espera poder dictar seminarios web y promover el acceso a bibliotecas electrónicas asequibles. 

Además, la Sociedad China de Bibliotecas ha trabajado con la Biblioteca Nacional para ofrecer aprendizaje en línea, mientras que la Asociación de Bibliotecas de Letonia ha transformado su conferencia en un evento en línea combinado con una campaña en las redes sociales. La Biblioteca del Parlamento Nacional de Japón, como parte de su apoyo a la profesión, ha estado monitoreando y publicando actualizaciones sobre la situación, como lo ha hecho saveMLAK (una organización enfocada en brindar ayuda a las bibliotecas, archivos y museos en tiempos de crisis). La Red Portuguesa de Bibliotecas Escolares ha elaborado tanto pautas como una plataforma para apoyar a los bibliotecarios escolares para que sigan cumpliendo su misión.

Otras asociaciones y organizaciones también están trabajando activamente. El Consejo de Recursos de Bibliotecas e Información (CLIR, por sus siglas en inglés) ha organizado recursos sobre COVID-19 en una página especial, mientras que la Asociación de Bibliotecas de Investigación cuenta con análisis de lo que están haciendo las bibliotecas académicas y de investigación de Estados Unidos y Canadá. La Asociación de Bibliotecas y Ciencias de la Información de África (AfLIA) está recabando ejemplos de lo que están haciendo las bibliotecas en África y tiene una página sobre cómo pueden responder las bibliotecas, además de otra página de recursos, al igual que Infotecarios en América Latina (que colabora con la Asociación de Bibliotecas de Colombia, ASCOLBI) y LIBER en las bibliotecas académicas de Europa. EBLIDA, por su parte, desarrolló una lista de acciones que pueden realizar los miembros. En Europa, NAPLE elaboró un informe valioso en el que describe la situación en 20 países miembros al momento de declararse e instalarse la pandemia. Este informe fue actualizado con una revisión de las medidas adoptadas para la reapertura de las bibliotecas que incluye, en particular, medidas sobre seguridad y cuarentena. READ compartió una descripción de las actividades realizadas por sus 107 centros de Bután, India y Nepal en respuesta a la pandemia.

La Asociación de Bibliotecas y Educadores en Ciencias de la Información ha publicado su propia página de recursos, y la Federación de Bibliotecas de Ciencias de la Salud de India ha organizado seminarios web sobre el futuro de las bibliotecas después de la COVID-19, al igual que la biblioteca de la Universidad de Panjab, en Chabdragarh, India, y la biblioteca de la Universidad Alkafeel, en Irak.

Además, las bibliotecas públicas de Turquía, a través de la Dirección General de Bibliotecas y Publicaciones también han impulsado servicios electrónicos que permiten a los ciudadanos unirse a las bibliotecas en forma electrónica, y acceder a miles de libros electrónicos, solicitar la adquisición de nuevos libros y descargarlos en sus dispositivos. La Fundación de Lectura de los Países Bajos tiene una página con recursos e ideas para promover la alfabetización y la lectura en casa que incluye pódcast, encuentros con ilustradores infantiles y, por supuesto, acceso a libros electrónicos a través de las bibliotecas. En Hungría, el Instituto de Bibliotecología elaboró una página de información que incluye asesoramiento sobre desinfección de libros, manejo de los derechos de autor y las buenas prácticas internacionales, y a través de la página libraries.hu comparte historias de todo el país y el mundo.

En tanto, la Asociación para la Promoción de los Servicios Documentales Escolares en Quebec brinda a sus miembros herramientas que pueden utilizar para garantizar que las bibliotecas cuenten con planes integrales para brindar educación remota, mientras que el Instituto Every Library ha implementado encuentros regulares y un fondo de emergencia para ayudar a las bibliotecas que enfrentan dificultades.

Bibliotecas nacionales

Las bibliotecas nacionales también pueden tener una función importante brindando acceso a los contenidos, como instituciones clave de sus países o como líderes de sus sistemas de bibliotecas nacionales.  La información obtenida en la Conferencia de Directores de Bibliotecas Nacionales permitió elaborar un amplio panorama. Una encuesta de seguimiento, con miras a la reapertura, indica las tendencias generales sobre protección de los usuarios por parte de las bibliotecas, y brinda información sobre la ampliación de los servicios digitales durante la crisis. Otras bibliotecas, como la Biblioteca Estatal Rusa, han reunido información sobre experiencias en el ámbito nacional e internacional.

En China, por ejemplo, la biblioteca digital nacional ha reforzado sus servicios para poder satisfacer el aumento de la demanda y no aplica multas por el material prestado que no se puede devolver, y proporciona apoyo a las bibliotecas y bibliotecarios de todo el país. También en Corea la biblioteca digital nacional registra un incremento de usuarios, y en Malasia, la Biblioteca Nacional ha promovido intensamente su biblioteca digital en las redes sociales. La función de los recursos de la Biblioteca Nacional destinados a apoyar los esfuerzos para combatir la pandemia obtuvo el reconocimiento de la Biblioteca Británica en su propia página de recursos.

Algunas bibliotecas han podido negociar la posibilidad de brindar un mayor acceso a contenido protegido por el depósito legal para investigadores y escuelas en Noruega, y para investigadores en la República Checa (junto con las bibliotecas universitarias). En tanto la Biblioteca Nacional de Aruba permitió el acceso a los primeros libros electrónicos en papiamento (el idioma local), y por primera vez ofrecerá un servicio de préstamos electrónicos en neerlandés.

Otras bibliotecas están ofreciendo actividades en línea. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, por ejemplo, está organizando una actividad virtual denominada virtual transcribathon para que participen personas a distancia, mientras que la Biblioteca Nacional de Francia está organizando exhibiciones virtuales. La Biblioteca Nacional de Estonia ha generado los medios para brindar al público acceso a los libros sin ningún contacto (y la demanda ha aumentado significativamente), mientras que la Biblioteca Nacional de España promueve su contenido digital, que puede utilizarse para apoyar la educación, como la Biblioteca Nacional de Hungría, cuyo personal ha realizado videos para aprender danzas y ciencias populares.

La Biblioteca Nacional de Noruega alienta a los usuarios a acceder a sus pódcast, dado que no es posible realizar eventos presenciales. Lo mismo sucede en la Biblioteca del Congreso de Argentina, que además brinda acceso a una gran variedad de contenidos nuevos. La Junta de la Biblioteca Nacional de Singapur también ha intentado aprovechar lo más posible la pandemia para desarrollar nuevos servicios y modelos, acelerando la tendencia actual hacia nuevos tipos de ofertas.

La Biblioteca Nacional y Universitaria de Croacia continúa ofreciendo servicios de consulta y referencia además de acceso a recursos, incluidas exhibiciones virtuales, y además brinda orientación y asesoramiento a bibliotecas de todo tipo afectadas por el terremoto. La Biblioteca Nacional de Indonesia promueve su aplicación ya existente, y se ha unido a la Iniciativa Nacional Trabaja desde tu Casa para ofrecer a las personas alternativas para no viajar al trabajo. El Consejo de la Biblioteca Nacional de Singapur recurrió a sus colecciones a los efectos de aportar información sobre pandemias pasadas.

La Biblioteca Nacional de Luxemburgo, a fin de facilitar el acceso, está ofreciendo por correo electrónico la posibilidad de obtener una tarjeta de biblioteca con una validez de tres meses, sin las habituales verificaciones de identificación. Por su parte, la Biblioteca Nacional de Marruecos continúa realizando inscripciones en línea junto con la asignación de ISBN y los servicios de depósito legal. La Biblioteca Nacional de Lituania junto con la Facultad de Robótica promueven la impresión de equipos de protección personal en las bibliotecas públicas de todo el país. Las bibliotecas de New Jersey, Estados Unidos, han estado explorando cómo realizar esfuerzos adicionales para lograr que las tarjetas de las bibliotecas lleguen a manos de los jóvenes.

Otros actores están trabajando para respaldar a los sectores bibliotecarios nacionales en general. La Biblioteca Nacional de Sri Lanka, por ejemplo, redacta y comparte pautas con las bibliotecas de todo el país, mientras que la Biblioteca Nacional de la República Checa ha elaborado una infografía sobre cómo manejar las obras devueltas. La Dirección General de Bibliotecas de Portugal tiene una página repleta de información y recursos, con el lema #BibliotecaNaSuaCasa.

En tanto, algunas bibliotecas nacionales que participan brindando apoyo a la tarea parlamentaria continúan elaborado informes legislativos para ofrecer un panorama de lo que está sucediendo, como en Argentina y China. Las bibliotecas parlamentarias especializadas también están trabajando para brindar apoyo a la labor de sus instituciones, mientras que un grupo de bibliotecarios jurídicos hispanohablantes ha recopilado y compartido información sobre la respuesta legal a la COVID-19 en Latinoamérica. Por su parte, la Red de Conocimiento e Información sobre Salud de San Pablo, Brasil, rastrea legislación sanitaria y administra un portal de información clínica y un portal más amplio que comparte información sobre COVID-19 a través de la Biblioteca Virtual de Salud.

Las instituciones nacionales también pueden desempeñar un rol importante en la defensa del sector.  Por ejemplo, en el sector de archivos, el Archivo Nacional de Londres, en el Reino Unido, ha establecido claramente los desafíos que esta institución considera que la COVID-19 traerá al sector.

Socios de las bibliotecas

Se han recibido con beneplácito las medidas de editoriales, distribuidores y otros actores que trabajan con bibliotecas tendientes a facilitar el acceso a los contenidos, aun cuando los edificios de las bibliotecas deben cerrar sus puertas. Tal como se señala en la Declaración de la Presidenta y del Secretario General de la IFLA, se espera que esas medidas se generalicen dado que todos deseamos trabajar de manera conjunta para seguir aprendiendo, investigando y accediendo a la cultura.

Ha resultado clave la medida de permitir el acceso remoto a contenidos que solían estar restringidos a usuarios presenciales. VitalSource ha colaborado con sus socios editoriales para ampliar el acceso a su material utilizando solo una dirección de correo electrónico para iniciar la sesión, al igual que ProQuest a través de eBook Central, Springer a través de sesiones más extensas y Emerald a través de posibilidades de acceso remoto, mientras que la publicación médica Journal of the American Medical Association también permite un mayor acceso externo, al igual que sitios como ancestry.com. Michigan University Press permite la lectura (pero no la descarga) de gran parte de sus contenidos. En el Reino Unido, la editorial para niños Collins está poniendo a disposición del público de manera remota contenido al que antes solo se podía acceder en las instalaciones. También en Letonia y Kenia hay ejemplos positivos y en todo Estados Unidos a medida que la pandemia se propague en el segundo semestre.

En otros casos, simplemente se libera más contenido, o se ofrece a precios reducidos.  Project MUSE ha anunciado que el material de 9 editoriales universitarias estará disponible de manera gratuita por algunos meses, mientras que Cambridge University Press ofrece acceso a libros de texto en formato html y la Biochemical Society ofrece acceso libre a sus publicaciones hasta nuevo aviso. Dos editoriales rumanas trabajaron con la Universidad Nacional de Administración y Ciencias Políticas y acordaron ofrecer acceso libre a libros en línea.

En Estados Unidos, para las bibliotecas públicas, Macmillan ha suspendido las limitaciones impuestas recientemente al acceso de las bibliotecas a nuevas publicaciones de libros electrónicos. Penguin Random House está ofreciendo descuentos específicos para bibliotecas públicas y escolares. Overdrive y RB Books también ofrecen la posibilidad de tener más copias en préstamo de un mismo libro electrónico simultáneamente. Además, en los Estados Unidos se ha puesto a disposición del público Booklist, una colección de reseñas de libros y otros recursos que ayudan en la enseñanza y otras actividades relacionadas con los libros. En respuesta a otro desafío frecuente, Libraries Connected (Reino Unido) ha elaborado una lista de editoriales que permiten la narración de historias en línea.

Algunas editoriales también han tomado nota del hecho de que algunas bibliotecas simplemente no pueden pagar en este momento, como Bristol University Press.

IFLA agradece a su propio socio editorial, SAGE, que ha anunciado algunas medidas, entre ellas la eliminación del acceso por suscripción a una serie de artículos, y la creación de una iniciativa denominada Declaración Coordinada de Wellcome sobre material relacionado con COVID-19. Además está promoviendo un curso en línea gratuito de su autoría denominado “Cómo lograr la publicación de mi material”. Otro auspiciante clave, OCLC, también ha lanzado una página de recursos.

Al igual que otras editoriales (por ejemplo, APA, EBSCO, Emerald, Frontiers, Springer Nature, Elsevier, Oxford University Press, Cambridge University Press, ZBW – Leibniz Information Centre for Economics, y MIT Press), SAGE también está reuniendo y compartiendo recursos sobre COVID-19 y el manejo de la pandemia a través de un micrositio. La Casa Blanca ha tomado medidas para facilitar la minería de textos y datos con el fin de ayudar a encontrar soluciones, a través de la publicación de 29.000 documentos para su análisis.

Emerald también fomenta la creación y el intercambio de publicaciones sobre la respuesta de las bibliotecas a la pandemia, habilitando el acceso abierto y planificando temas de discusión.

Actualmente, una cuestión clave es cuánto tiempo durarán estas medidas extraordinarias. Si se eliminan antes de que las bibliotecas puedan volver a funcionar con normalidad, existe el riesgo de que sus usuarios se vean perjudicados.

Finalmente, OCLC, un socio clave de la IFLA, celebró una reunión virtual abierta en la que participaron más de mil bibliotecarios para compartir historias y comprender las necesidades de la profesión.

COVID-19 and libraries: empty park benches

Comunicación con usuarios en diferentes idiomas

La Sección de Servicios Bibliotecarios para Poblaciones Multiculturales de la IFLA está trabajando con la Asociación Australiana de Bibliotecas e Información (ALIA, por sus siglas en inglés) para desarrollar señalización traducida y un texto para respaldar a las bibliotecas en su comunicación con comunidades lingüísticamente diversas, en especial en relación con los cierres de bibliotecas y el acceso a la información en línea. Estos recursos están disponibles en formato MS Word. Se recibe con beneplácito que las bibliotecas adapten y utilicen los contenidos de la mejor manera posible para comunicarse con su comunidad. A medida que se realicen traducciones a más idiomas, estas se pondrán a disposición del público.

Cuestiones en curso

La IFLA reconoce que la pandemia ha causado una serie de cuestiones de envergadura que estamos siguiendo de cerca. Además de las cuestiones relacionadas con derechos de autor, mencionadas con anterioridad, también surgen preocupaciones por el impacto de la crisis en los sectores más amplios de la cultura, la educación y la investigación, la privacidad y la protección de las normas democráticas. Continuamos monitoreando estos temas de cerca y compartiremos información y opiniones cuando sea apropiado.

Ya estamos trabajando activamente en estos temas, en particular a través de nuestra participación en la redacción de una declaración de la UNESCO sobre el patrimonio documental y la pandemia de COVID-19, a la que luego nos adheriremos. Esta iniciativa pone de manifiesto el potencial que tiene el patrimonio documental para instruir y brindar confort en tiempos como los que atravesamos, y convoca a los gobiernos y a otros actores a que reconozcan este potencial y apoyen el trabajo de nuestras instituciones. La importancia del patrimonio también se subraya en nuestro blog referido al rol del patrimonio en la narración de historias.

IFLA también ha liderado la elaboración de una carta dirigida al Director General de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual para garantizar que las leyes y las prácticas relacionadas con derechos de autor se adapten al contexto actual. Esto pone de relieve los desafíos creados por la combinación de la situación actual y el riesgo de que la legislación vigente genere una rigidez que obstaculice la capacidad de respuesta. En el caso de las bibliotecas, esto sucede, por ejemplo, cuando se permiten los usos no digitales pero no se permiten los usos digitales. En su respuesta, el Director General destacó la importancia de las excepciones y limitaciones para garantizar el acceso en tiempos de pandemia.   

La IFLA también ha subrayado los desafíos que enfrentan las bibliotecas universitarias para acceder a los libros electrónicos y analizó si existen fundamentos para realizar una investigación sobre competencia. Hemos firmado la Declaración de ICOLC y elaborado nuestros propios principios para ser utilizados por las asociaciones de bibliotecas en las negociaciones con los titulares de derechos así como los principios que los gobiernos deberían tratar de garantizar a fin asegurar que los estudiantes de la clase 2020 no terminen su año con menos información que los estudiantes del año anterior. En nuestros blogs también hemos explorado los efectos sobre los valores bibliotecarios y los riesgos que enfrentan, y el modo en que las bibliotecas pueden promover la libertad de expresión.

También hemos creado un primer blog para analizar las distintas tendencias que podrían surgir de la pandemia desde distintas perspectivas de políticas, así como una segunda parte que identifica posibles áreas de interés en el corto, mediano y largo plazo, y una serie de ideas para fortalecer la capacidad de promover y defender el sector incluso durante la cuarentena.  En particular, hemos destacado la importancia de preservar la idea del financiamiento gubernamental para las bibliotecas, de manera que puedan mantenerse enfocadas en el público, y hemos propuesto cinco sugerencias  basadas en ideas existentes para incluir a las bibliotecas en los paquetes de estímulos económicos.  

Actividades de IFLA

El trabajo de la IFLA para fortalecer y mantener unido al sector bibliotecario global continúa, no solo a pesar de la pandemia de COVID-19, sino a causa de ella. Estamos convencidos de que debemos mantener el impulso creado por el proceso de la Visión Global y el lanzamiento de nuestra Estrategia el año pasado, y creemos con firmeza que la misión que propone es más pertinente que nunca antes.

Como se explica en nuestras Preguntas Frecuentes sobre la IFLA y la Pandemia de COVID-19, ya hemos trabajado arduamente para que nuestros voluntarios y nuestro personal puedan continuar haciendo su trabajo esencial, y nuestras Unidades Profesionales han celebrado una serie de reuniones de medio término exitosas a lo largo de las últimas semanas. También se incluyen algunos ejemplos sobre las actividades en curso de la IFLA.

Nuestra Sección sobre Bibliotecas Sanitarias y Biociencia, y un Grupo de Interés Especial en Pruebas sobre Salud Global y Desastres realizó un seminario web el 23 de abril sobre desigualdades de la salud digital en tiempos de COVID 19, y otro sobre la función de los bibliotecarios en recopilar evidencias y compartir resúmenes de acceso abierto para ayudar globalmente en la toma de decisiones.  IFLA también ha apoyado una serie de seminarios web enfocados en cómo las bibliotecas pueden apoyar la conectividad y el acceso a la información durante la pandemia.  

La Sección Bibliotecas para Niños y Jóvenes dedicó un boletín informativo al modo en que sus miembros experimentaron y respondieron ante la pandemia, al igual que la Sección de Servicios para Poblaciones Multiculturales (con ejemplos de Brasil, Macao, China, Indonesia, Sri Lanka y Trinidad y Tobago), mientras que la Sección sobre Bibliotecas para Personas con Necesidades Especiales solicita ejemplos relevantes para su trabajo.

La Sección Asia-Oceanía de la IFLA ya ha reunido ejemplos de países de la región, al igual que la Sección de América Latina y el Caribe. La Sección sobre Continuación del Desarrollo Profesional y Aprendizaje en el Lugar de Trabajo está ofreciendo un seminario web sobre manejo del estrés.

Ya estamos preparando publicaciones y artículos sobre las respuestas de los distintos ámbitos del sector bibliotecario. Nuestro primer artículo fue sobre los bibliotecarios especializados en salud en el marco del Día Mundial de la Salud, seguido por artículos sobre bibliotecarios que administran colecciones de patrimonio,  bibliotecas parlamentarias,  una convocatoria para presentar experiencias de bibliotecarios que trabajan en cárceles, una descripción del trabajo de las bibliotecas para archivar las memorias del presente, y un blog sobre la situación de las bibliotecas en las cárceles. Como señalamos en la sección anterior, también nos concentramos en promover y defender los cambios a corto y largo plazo que necesitan las bibliotecas. También hemos creado una edición especial sobre COVID-19 de nuestra Infografía sobre cómo detectar noticias falsas.

En tanto, la Sección Suministro de Documentación y Uso Compartido de Recursos de IFLA ha incorporado un servicio para facilitar el intercambio internacional de recursos con el fin de aliviar algunos de los inconvenientes provocados por la pandemia.

Sin embargo, esto es solo el comienzo. También esperamos anunciar nuevos e interesantes servicios y oportunidades para construir un sector más fuerte que impulse sociedades alfabetizadas, informadas y participativas en el futuro. En esta tarea trabajaremos estrechamente con nuestras Unidades Profesionales —el mayor grupo de expertos del sector bibliotecario global— para inspirar, hacer partícipe, habilitar y conectar al sector bibliotecario global.  Esperamos compartir más muy pronto.